Cangrejo Negro, dilemas morales en tiempos de guerra

Cangrejo negro

Cangrejo Negro, dilemas morales en tiempos de guerra

Este mes llegó a Netflix Cangrejo Negro, un filme bélico que toca varios temas con respecto a la moral, el egoísmo, y el amor maternal.

Está película sueca, protagonizada por Noomi Rapace, gira en torno a Caroline, una mujer que ha perdido a su hija, y que se encuentra, en contra de su voluntad, en un ejército que pelea en la guerra. No sabemos mucho acerca de este enfrentamiento, el porqué sucede, ni cómo comenzó, pero en ningún momento necesitamos saber eso para tener una idea muy clara de por qué la guerra es terrible para todos.

 

Resumen

La película empieza mostrándonos cómo Caroline y su hija son detenidas por personas informadas que, aparentemente, estaban reuniendo a todas las personas posibles para llevarlas a servir en la guerra. Viviendo separada de su hija desde entonces, Caroline pierde poco a poco la esperanza de volverla a ver, mientras hace lo posible para sobrevivir dentro de este ejército, evitando sobresalir lo más posible.

Es entonces cuando es llamada Caroline, junto a otras personas, a una misión especial por parte de sus superiores. En esta, se les asigna llevar un par de cápsulas a la otra base del ejército, la cual queda en otra isla.

Lo riesgoso de todo esto, y la razón por la que llamaron a personas desechables, es debido a que, para llegar hasta allí, tienen que hacerlo a pie, cruzando el mar congelado. Se trata, sin duda alguna, de una misión suicida, es muy fácil que el hielo se quiebre, y además, podrían ser capturados en el camino, por la forma tan abierta y desprotegida en la que irán.

Por supuesto, para que ellos acepten hacer algo que podría acabar con sus vidas, les ofrecen como premio el ser liberados del ejército, junto a remuneración por su esfuerzo. Con esto vemos desde el principio que tan importante era está misión, la cual ellos mismos afirman que podría terminar con la guerra de inmediato.

Aún con todo esto, Caroline se niega a participar, sabiendo que lo más seguro es que muera en el camino. Es entonces que revelan la ubicación de su hija, quien se encuentra justamente en la otra base, señalando que es su única oportunidad de buscarla e irse a vivir cómodamente sin más problemas.

Una vez que están todos de camino, comienzan a sufrir todo tipo de contratiempos, comenzando con la ruptura del hielo, provocando que uno de ellos caiga al agua y fallezca. Más adelante, son vistos por los soldados enemigos, perdiendo cada vez más integrantes del equipo, hasta que solo quedan unos pocos.

Es hasta entonces que al fin comienzan a sentir curiosidad sobre lo que hay en las cápsulas, por lo que deciden abrirlas, descubriendo que se trata de armas biológicas. Con esto presente, se enfrentan al dilema de sí llevar o no el arma a la otra base.

Por una parte, uno de ellos afirma que no deben hacerlo, puesto que ocasionaría la muerte de millones de inocentes, y podría afectarles a ellos mismos también. Pero, a Caroline no le importa nada de esto, a ella únicamente le interesa llegar a la base para ser a su hija, dejando de lado cualquier mínima gota de simpatía hacia el resto de la humanidad.

Luego de una fuerte pelea para llegar a la base, finalmente son rescatados justo cuando ya estaban a punto de fracasar, y, al estar juntos, los soldados inmediatamente condecoran tanto a Caroline, como al otro integrante del equipo, quien ya no puede evitar el uso del arma. Por desgracia para Caroline, en este lugar no hay ni rastro de su hija, de hecho, los mismos oficiales no tienen idea de dónde está.

Al enterarse de esto, Caroline inmediatamente se arrepiente de su decisión, al pensar que está arma pueda afectar a su hija, así que, junto al compañero que había estado en contra desde un inicio, hacen un plan para robar el arma. Aprovechando su nuevo estatus como héroes de guerra, se infiltran en el área de investigación, y se llevan el arma usando distintos «disfraces» y algunas mentiras convenientes.

Aunque esto no es suficiente, puesto que son acorralados, punto en el cual, Caroline, quien ya perdió toda esperanza, prefiere acabar con su vida, a la vez que se deshace de la muestra.

Cangrejo Negro, dilemas morales en tiempos de guerra

Crítica

Hay algo muy particular este año en cuanto a películas, y es que se ha tocado bastante el tema del egoísmo. Hemos visto como en «La abuela» una bruja utiliza a su propia nieta para salvarse a sí misma, y a su vez, a «La puerta en el bosque» en el cual, al igual que en esta película, vemos a unos padres sacrificar a otros para salvar únicamente a su hijo.

En esta ocasión, tenemos a una madre que está dispuesta a todo por su hija, y en ningún momento toma o tan siquiera duda de una decisión que sea de alguna manera buena para otros. El mundo entero no le interesa, y está más que dispuesta a destruirlo si con eso vuelve a estar junto a su hija.

Aun cuando cambia de opinión al final, y nos da una especie de final bueno y trágico a la vez, sabemos que está hecho desde el amor que le tiene a su hija, más no desde un punto de vista lógico. De cierta manera podemos empatizar con la idea de darlo todo por quienes amas, y es muy bueno que hayan dejado de darnos películas con protagonistas perfectos, que tienen demasiada moral para ser reales.

Algo a destacar, es que con el conflicto de Ucrania y Rusia sucediendo durante su estreno, podemos vernos un tanto reflejados en la trama, como una posibilidad, de algo que podría estar sucediendo en estos momentos. Aquí, no hay héroes o villanos, solo personas luchando contra otras según sus propios intereses.