Chicas pesadas y la necesidad de encajar

Chicas pesadas

Chicas pesadas

Chicas pesadas es icónica, siendo la inspiración para futuras películas de adolescentes que intentaron de una u otra forma copiar ciertas cosas de su historia. Si bien no es la primera película sobre chicas malvadas y populares, pues ese puesto le corresponde a Heathers, logran superar su fama por su comedia, su trama centrada en la vida adolescente (gringa), y claro, por el hecho de ser mucho más actual, ya que Heathers no es precisamente el tipo de película que envejece bien.

 

La necesidad de encajar

El primer punto a tratar está en la necesidad de encajar, algo con lo que cualquier persona puede llegar a sentirse identificado, sin importar si su instituto y situaciones se parece en algo al de la película o no. 

Cady, la protagonista, llega sin ningún tipo de apoyo a lo que es un nuevo mundo para ella, pasando de aprender en casa, en medio de la hermosa naturaleza y fauna de África, a estar en una preparatoria de Estados Unidos lleno de personas que son todo lo contrario a lo que ella acostumbra ver. Lo que ella misma describe como un campo de pelea, es el lugar al que debe adaptarse, ya que como siempre le ha enseñado la naturaleza, solo puedes adaptarte o morir.

A pesar del escenario un tanto extremo de Cady, es decir, el llegar al instituto sin haber pisado un salón de clases en su vida, no es difícil empatizar con ella, ya que fácilmente puede compararse a cuando nos cambiamos de escuela, y por tanto, no conocemos a nadie. 

En su primer día la vemos ser completamente marginada, llegando a comer en el baño, ya que no consigue ni siquiera una mesa que compartir, pero, como suele pasar en la realidad, ya que se le considera bonita, tiene la oportunidad de volverse “amiga” de las personas más llamativas, las conocidas populares, que dependiendo del lugar y la situación, pueden tener cierto poder real sobre los otros. 

Claro que todo esto no ocurre porque las chicas populares quieran realmente ser sus amigas solo por ser bonita, sino porque su líder la ve como una minúscula, pero posible amenaza a su posición, por lo que prefiere sacar ventaja desde el primer momento, convirtiéndola en otra de sus seguidoras, antes de que siquiera tenga oportunidad de llamar la atención.

Cady, siendo una ignorante del tema, cae en esto, creyendo por completo en sus cumplidos, hasta que poco a poco va notando las verdaderas intenciones de Regina. Normalmente, para estas situaciones solo hay dos opciones, fingir que nada pasa y mantener la relación de falsa amistad por los beneficios que pueda traer, o cortar la relación, para centrarse en otras cosas más importantes.

Siendo Cady una adolescente influenciable, decide ir por la primera, mientras busca la forma de devolver a Regina las cosas malas, con pequeñas bromas que van escalando, hasta el punto de convertirse en el tipo de persona que no quería.

 

El control de las masas

Una de las razones por las que Chicas pesadas es tan popular, y amada por los fans, es debido al personaje de Regina, quien no es ni de lejos una “rubia tonta y rica”, como suelen ser la gran mayoría de refritos de “las populares” dentro de otras obras o películas. Por el contrario, Regina es una persona que ha logrado estar donde está con mucho esfuerzo, y una casi perfecta capacidad para controlar las masas. 

Ella sabe lo que las otras personas quieren oír, y sabe cómo usarlo en su contra. Cuando le tiende una trampa a Cady por teléfono, preguntándole qué opina sobre Gretchen, ella ya sabía bien el tipo de respuesta que recibiría, y cómo podía lograr esa pequeña pelea entre ambas. Esto es algo que luego Cady aprende de ella, usando sus mismos trucos para dejarla mal ante los demás.

Otra escena importante es la de la victimización, Regina sabe que no logrará mucho soltando algún rumor simple sobre Cady, quien ya tiene un poco de popularidad para ese entonces, por lo que recurre a algo de lo que no pueda huir fácilmente, un problema de acoso escolar. Fingiendo ser una víctima más del famoso “libro del mal”, ella incrimina a Cady, y a sus antiguas seguidoras, para que todos la odien, a la vez que la mete en un problema que puede causar su expulsión, junto a serios problemas familiares.

Chicas pesadas

El deseo del poder

Cady inicia como una simple chica con deseos de encajar, pero rápidamente escala a ser alguien con deseos de poder, al ser influenciada por Regina, viendo todo lo que puede conseguir siendo como ella. Ser amada por todos, tener al chico que le gusta… Todo esto la hace perder la noción de lo que era importante para ella, dejando de lado a sus amigos y familia, sin pensar en las consecuencias de sus acciones.

 

La aceptación de quienes somos

No podría ser una película para adolescentes si no trajera la típica enseñanza sobre mostrarnos y vivir como realmente somos. En este caso, Cady al fin ve cómo su mundo comienza a desmoronarse. 

Sus amigos reales están molestos y decepcionados de ella, por convertirse en la persona que odiaban, sus padres le recriminan su comportamiento, la forma en que en unos pocos meses dejó atrás todo lo que le habían enseñado de pequeña, todo lo que había llegado a amar, solo para obtener atención. El chico por el que tanto luchó no la quiere por fingir ser alguien más, e incluso sus calificaciones son un asco por haber intentado pasar tiempo con él. 

Aparte de esto, todos la odian, al no quedarle más opción que aceptar la culpa por lo del libro del mal, todos creen que realmente es ella la culpable, rechazándola por haber causado tantos problemas a todos. 

Al final, solo le queda volver a lo que solía ser, aceptarse como es, con su gusto por las matemáticas, su indiferencia con la belleza y moda, y su propia forma de amar y compartir con los demás. No bastándole con esto, se asegura de regar este mensaje entre todos los demás estudiantes, dando a entender que todos somos igual de importantes.