Descendientes 2, mejoras, cambios y resentimientos

Descendientes 2

Descendientes 2

La segunda entrega de la saga de películas para TV, Descendientes 2, que pecó de ser “demasiado Disney” y simple, por la forma en que desaprovecharon una muy buena trama, pero, que por suerte logra llegar a algo mejor, con esta segunda película.

Mientras que en la primera película nos presentaban a los personajes, y tenían un par de lecciones sobre lo bueno y lo malo, acabando con “el poder del amor”, Descendientes 2 nos muestra lo que sucede luego del “final feliz”, y cómo no todo es tan rosa y bello como parece.

 

El adaptarse a un nuevo lugar, y una nueva vida

Al comenzar vemos una especie de retroceso en la trama, con Mal y sus amigos haciendo maldades, hechizando manzanas, para que todos se conviertan en malvados, pero, pronto descubrimos que todo esto no es más que un sueño.

Nos muestran a una Mal completamente diferente, con un cabello y vestimenta “normal”, como si fuera solo un extra más de la nación de personas “perfectas”. Ya han pasado 6 meses desde que salió de la isla y se “convirtió en buena persona”, tomándose su nueva posición como novia del rey con seriedad, esforzándose arduamente en cada cosa, para ser la chica perfecta que Ben, y su pueblo, necesitan.

Ella se olvida de sí misma para adaptarse al lugar en donde está, ya no puede actuar como antes, ya no puede cometer el más mínimo error, y eso la llena de ansiedad a un nivel que nunca antes había enfrentado. El mundo entero la mantiene vigilada las 24 horas del día, haciendo miles de preguntas, captando cada pequeña cosa, mientras disfrutan de su vida como un mero entretenimiento.

Este es el tipo de cosas que no nos muestran en las películas clásicas de Disney (a excepción de la Cenicienta animada), pero que puede terminar volviendo esa dulce historia de amor, en una completa pesadilla, tal y como le sucede a Mal. 

Lo peor, es que ella sabe que no tiene en quien apoyarse del todo, a Ben no le gusta que use atajos y magia para cumplir con sus obligaciones, Ivy le insiste en que su libro de magia ya no le pertenece, y que no debe seguir usándolo, ya que Mal ahora “ya no es esa persona que vivía en la isla”, y que debe “dejar las cosas en el pasado”.

El punto de quiebre llega a Mal cuando se da cuenta de que pierde el control de su propia vida, al tener cientos de obligaciones que nunca pidió, y no sabe afrontar del todo, además de enterarse de su propio compromiso, que todos suponían que era obvio, menos ella. Todo va demasiado rápido, al punto de perder la noción de los días, olvidar cosas y tener pequeños ataques de pánico.

Aun así, ella intenta hacer todo lo que se le pide, e incluso usa magia para engañar a Ben, cuando se le olvida su cita, y la comida que debía preparar para esta. Ben, se molesta mucho con ella, ya que piensa que no toma las cosas en serio, y que no termina de entender por qué ella no puede cumplir con su parte, cuando él hace lo mismo que ella, e incluso más.

Esto es algo que sin duda alguna, es muy injusto de parte de Ben, ya que él fue un heredero desde su nacimiento, criado y educado para ese puesto, al contrario de Mal, que apenas lleva medio año en Auragon, y ya ha tenido que poner toda su vida de cabeza solo por él.

 

El apoyo

Mal ciertamente pudo haber controlado mucho mejor la situación, si ella hubiera contado con sus amigos de toda la vida, su familia, que contrarios a ella, supieron adaptarse tan bien a sus nuevas vidas, que la hacen sentir aún peor, al ser ella el único problema aparente. 

Ivy ahora es una diseñadora famosa, todos la admiran y quieren uno de sus diseños, es más feliz que nunca, con una carrera en ascenso, una pareja que la apoya en todo, y una vida perfecta.

Carlos está tranquilo, ahora ama a los animales, hace amigos, y ya no tiene que volver a preocuparse por peleas o gritos, cosas que él demuestra que detestaba de la isla, ya que usualmente él solía ser más una víctima de su madre, que un perpetrador de fechorías.

Jay simplemente sigue su vida, ahora tiene objetivos y metas claras, que le aseguran un buen futuro, no le hace falta nada, y no parece querer volver en lo más mínimo.

Al verlos, Mal piensa en todo lo que arruinaría, si por un error suyo los enviaran de nuevo a la isla, además siente miedo, de que la dejen atrás si decide volver. No le queda más opción que ocultar las cosas, frustrándose cada vez más.

Descendientes 2

El resentimiento

Mal decide que lo mejor es dejar todo, y volver al lugar al que cree pertenecer la isla. Allí nos encontramos a un nuevo personaje, Uma, la hija de Úrsula.

Uma está furiosa y resentida con cada uno de los chicos que lograron ir a Auragon, viendo como viven sus vidas perfectas, mientras ella tiene que quedarse en la isla, resentida, sin ningún tipo de posibilidad de salir.

A pesar de esta presentación, Uma se nos muestra más adelante como una gran líder, que se preocupa por las personas de la isla, y desea lo mejor para todos. Ella quiere liberar a las personas, tomando todo lo que se les negó por sus raíces. 

Es una persona con nobleza en el fondo, pero tal y como le dice Ben, tiene muy malos planes, que no logran solucionar nada, y solo se centran en su resentimiento. Esto la hace aprovechar la oportunidad de vengarse de Mal cuando esta vuelve a la isla, y posteriormente es seguida por Ben, alguien que, siendo tan mimado y protegido, era un blanco muy fácil para secuestrar por sus secuaces.

 

Crisis de identidad

La mayor parte de la película se centra en cómo se siente Mal, y lo que piensa hacer a continuación. ¿Es ella una persona de Auragon, o una persona de la isla? Para ella no existe un punto intermedio, por lo que su pasado y sus costumbres la persiguen, impidiendo que avance.

Ben hace lo posible por recuperarla, llegando a decirle que comenzará a ser más “malo”, que se saltará las clases, que hará cosas más “divertidas”, y por qué no, capaz le robará un dulce a un bebé. Esto, lejos de ayudar a Mal, la hace sentir peor, ya que uno de sus mayores miedos se vuelve realidad, al ver cómo Ben es influenciado por ella para ser una mala persona, dejando a su país de lado solo por ella.

No es sino hasta que se acercan al final, revelando el regalo de Ben, que ella se da cuenta de que él verdaderamente la ama por quien ella es, aceptándola por completo. Esto la hace sentir aliviada, y la empuja a continuar su vida junto a Ben, haciendo lo posible para hacer un buen trabajo, sin dejar de ser ella misma. 

 

La isla

Algo muy bueno de la película es el hecho de que nos presentan a más personas de la isla, hablándonos de ellos, sus sueños y esperanza, y el cómo necesitan un cambio. Es aquí cuando vemos que Ben estaba en lo correcto al querer liberar poco a poco a los hijos de los condenados, pero a su vez, la mala implementación de este programa, al olvidar traer a más personas luego de que el proyecto piloto resultara exitoso. 

Aun así, no se termina de explorar este tema del todo, dando pie a la tercera y última película.