El dragón de la tetera, versión china de Aladín

El dragón de la tetera

El dragón de la tetera

Sony Pictures Animation suele traer películas muy buenas, muy malas, o simplemente olvidables, cosa que podemos ver si comparamos La familia Mitchell vs. Las máquinas y Spiderman: un nuevo universo, con Emoji: La película. Esto no es nada raro en un estudio, ya que no todas las películas pueden ser grandes éxitos, sin embargo, este contraste sigue siendo un tanto sorprendente, ya que nunca sabemos realmente qué esperar cada vez que estrenan algo, en este caso, El dragón de la tetera, si bien no es mala, tampoco aporta nada nuevo.

 

La trama

Seguimos la historia de Din Song, un estudiante de clase baja, que apenas puede pagar sus estudios, por lo que trabaja fuertemente. Un día, lo vemos trabajar de más, faltando a clases, para poder comprar un traje que usar en el cumpleaños de Li Na, su amiga de la infancia, quien hace muchos años se fue a vivir a la zona rica de la ciudad, luego de que su padre consiguiera subir su posición social. 

Aunque lo primero que podríamos pensar es que de alguna manera se mantuvieron en contacto, o se vieron hace poco por casualidad, y de esa forma pudo saber del cumpleaños, y la dirección de la casa, lo cierto es que no se han visto desde pequeños, por lo que su plan de llegar de la nada a felicitarla y volver a ser amigos es un tanto extraño. De cualquier forma, la trama se centra en el hecho de que obtuvo una tetera antigua, la cual contiene el enorme poder de un dragón capaz de concederle tres deseos. 

La primera vez lo pide por error, pues en un momento de desesperación, desea ser fuerte y bueno en las artes marciales, cosa que el dragón cumple. En esto, el dragón se presenta a sí mismo como un ser poderoso y único, que por culpa de un error, está condenado a cumplir los deseos, razón por la cual siempre está apurando a Din Song para que pida sus tres deseos.

Todo esto del dragón ocurre porque un anciano extraño le entrega a Din Song la tetera, mientras este le lleva su servicio de entrega a domicilio. A pesar de que a Din Song no le gusta admitirlo, o realmente no se da cuenta de la realidad, si no fuera por el dragón de la tetera, no hubiera podido entrar en la fiesta, ni mucho menos acercarse tanto como para bailar y jugar un rato en el techo de un apartamento.

Pero claro, no todo son risa y diversión, pues un grupo de mafiosos comienza a perseguirlo, queriendo quitarle la tetera, logrando así cumplir sus deseos y los de sus jefes. La película tiene muchas escenas de peleas y persecuciones por la tetera, pero aun así, buscan la manera de estar juntos. 

Cuando al fin llegan las escenas finales, tenemos al dragón aprendiendo de sus lecciones de más de mil años, salvando la vida de su amigo, mientras este simplemente descansaba. Además, tanto es el cariño que le agarró al joven, que decide quedarse en la tierra concediendo deseos.

 

Aladín

Hubo muy pocos momentos en los que no pensara en la película de Aladín. Tenemos un genio un tanto egocéntrico, que al inicio incita a su amo a pedir rápidamente sus tres deseos, y se asombra al descubrir cuánto ha cambiado la civilización desde la última vez que salió, razón por la cual el genio de Aladín termina recorriendo el mundo luego de ser liberado, pero vuelve en otra película, ya que extrañaba a sus amigos.

También tenemos al propio Aladín, considerado un “diamante en bruto”, así como Din Song fue llamado “el elegido”, por el dios. Ambos tienen escenas de lucha entretenidas, aunque las de Din Song son más que todo golpes de artes marciales que parecen más bien poderes, por lo que no parece tener muchas dificultades. 

Y no olvidemos la trama de la chica guapa en una posición social alta, que debe tomar en cuenta los deseos de su padre, y hacer lo mejor para la empresa, o pueblo, que dependen de ellas.

El dragón de la tetera

Incoherencias

Una de las más grandes incoherencias de la película viene con el padre de Li Na, quien nos muestra cómo los números de su empresa están en rojo, es decir, están yéndose a la quiebra. Esto no es raro que ocurra en una empresa. Sin embargo, tomando en cuenta que su hija era una modelo famosa, y le llegaba trabajo cada segundo, entonces, ¿realmente estaban tan mal como para tener que regresar al barrio pobre?

En este caso, el padre parecía un loco obsesionado, que realmente no tenía necesidad de la tetera, pero aun así arriesgó su vida, y la de sus subordinados, para terminar con un problema que tenía otras soluciones más sencillas. 

En otras incoherencias, tenemos los deseos de los secuaces, que eran simplemente tontos, con uno de ellos deseando poder convertir todo lo que toca en oro, y por ello muere al tocarse por accidente, el otro quería piernas largas, y el otro quiso un montón de perritos, siendo este último el más “normal”, por así decirlo. Por parte de Din Song tenemos el despliegue de artes marciales de forma exagerada, y el deseo de ser por 24 horas un “niño rico”.

 

Lo bueno de El dragón de la tetera

Si bien la película, como ya mencioné, no aporta nada nuevo, sí logra cumplir con su cometido, que es entretener al público, eso, y que se sabe ambientar muy bien en China, su público objetivo, cosa que no han logrado del todo otros estudios grandes, como Disney.