El prodigio: La fe ciega y el pasado

El prodigio

El prodigio

El prodigio es una película de suspenso de Netflix, que habla sobre el fanatismo religioso, los engaños, y la necesidad de seguir adelante. 

En esta, seguimos la historia de Anna, una niña de 11 años, que, según todo el pueblo, no ha comido nada en 4 meses. Por ello, es tratada como una especie de santa, enviada por Dios. 

 

La misión de Lib

Todo da inicio en Irlanda, en 1862, con la pequeña Anna, que, según su madre, en su cumpleaños y bautizo, pidió dejar de ser alimentada. Así, estuvo varios días sin comer, sin que su cambio tuviera el menor cambio en su salud. 

El tiempo pasó, y Anna seguía completamente igual, por lo que poco a poco el pueblo comenzó a visitarla, tratándola como a alguien divino. Entre tanto revuelo, los líderes del pueblo tuvieron que confirmar los hechos, contratando a dos personas que pudieran estar todo el día con Anna.

Así, llamaron a Lib Wright, una médica de la ciudad, y a una monja, que estarían turnándose en el día y la noche, para no dejar sola, ni por un momento, a Anna. 

Estos líderes ya estaban seguros de la divinidad de Anna, y solamente querían la participación de extraños, para que no quedara ni la más mínima duda de lo que ocurría. 

La misión de Lib comenzó de inmediato, presentándose a la familia, que no la recibió nada bien. Ellos sentían que Lib estaba allí para quitarles el milagro, por lo que no cooperaron con ella en casi nada. 

Aun así, no podían evitar que Lib estuviera con Anna todo el tiempo, pendiente de cada movimiento, y revisando en cada rincón. Pero, por más que buscaba, no encontraba ninguna respuesta lógica. 

Anna estaba perfectamente de salud, no había nada extraño en ella, parecía completamente normal, y, hasta donde Lib veía, no comía nada. 

 

Aferrarse al pasado

Algo que destaca mucho en “El prodigio”, es la manera en la que muchos personajes parecen aferrarse al pasado. Principalmente, Lib, y la familia de Anna. 

Lib nos revela, que, cada noche, hace un pequeño ritual para su bebé, que falleció poco después de nacer, pero que aún no puede dejar atrás. Por ello, se preocupa especialmente de Anna, a quien empieza a ver como a su propia hija, por todo el tiempo que pasan juntas. 

Por otra parte, luego de que Lib se fijara en una foto familiar, conocemos al hermano mayor de Anna, que murió algunos meses atrás. Aunque no suelen mencionarlo, se nota que la madre sigue pensando en él. Este es uno de los puntos que ayudan a Lib a descifrar lo que ocurre en aquella casa.

El prodigio

La fe ciega

Otra cuestión importante en “El prodigio”, es la fe, y los distintos tipos de creyentes que vemos a lo largo de la película. 

Primero tenemos a los líderes, que están completamente seguros de la divinidad de Anna, y solo quieren una confirmación. Después, a los pueblerinos que no dudan ni por un instante, y la visitan para pedir su bendición. 

Por otra parte, personas como Lib, que por más que creen en Dios, dudan de inmediato al escuchar sobre alguien divino, y buscan la raíz del engaño. Y, por último, las personas que se aprovechan de la fe, para sacar provecho de la situación.

 

Las medidas drásticas

Al quedarse sin opciones, llega un punto en el que Lib, como último recurso, le prohíbe a la familia visitar a Anna. De esta manera, evita que puedan darle comida de cualquier manera posible, para al fin confirmar el engaño. 

Pese a que nadie parece estar de acuerdo con ello, e incluso la regañan, consigue su objetivo, impidiendo que alguien más que ella, y la monja, vean a la niña.

Un par de días después, Anna comienza a tener los síntomas de alguien que no ha comido. Cada vez está más débil, lo que confirma que alguien le daba comida en secreto antes. Sin embargo, hasta averiguar toda la verdad, no puede darle comida a Anna, sobre todo, porque Anna se niega a comer.

Por cada día que pasa, Lib cae más en la desesperación, haciendo todo lo posible por dejar las cosas claras, y al fin darle de comer a Anna. 

 

El gran engaño

Después de analizar cada mínimo detalle en su estadía, Lib confirma que la madre de Anna le daba comida masticada de boca a boca, cosa que Anna interpretaba como un simple beso. De esta manera, Anna realmente creía en su poder, y la única que sabía la verdad era la madre. 

Pero, fue la razón de todo esto, lo que terminó por acabar con la paciencia de Lib. 

Resulta que, el hermano mayor de Anna, que había fallecido, abusó de ella varias veces antes de su muerte. Cuando él murió por una enfermedad, la madre se enteró de lo que le había hecho a Anna, y, ante esta revelación, lo único que le importaba era salvar el alma de su hijo mayor.

Es así, como le ordenó a Anna hacer ayuno, para salvar el alma de su hermano del infierno. Por esta misma razón, la pequeña Anna se acostumbró tanto a este tipo de situaciones, que no vio nada extraño en los besos de su madre. 

Horrorizada al saber todo esto, y aún más ante la declaración de la madre, de negarse a darle de comer a Anna, incluso si se descubre la mentira, Lib no tuvo más opción que comenzar a planear su escape con Anna. 

 

La nueva vida de Anna

El mayor reto de Lib no era llevarse a Anna, sino darle de comer, puesto que esta se seguía negando, y cada día estaba más cerca de la muerte por ello. 

Justo cuando ella estaba a punto de morir, Lib la convenció de que sí, en efecto, Anna moriría, pero para renacer de inmediato bajo el nombre de “Nan”. Por ello, Anna cerró sus ojos, creyendo ciegamente en esto, y despertó poco después, con una nueva mentalidad, y lista para comenzar a comer. 

 

¿Vale la pena “El prodigio” de Netflix?

El prodigio sabe muy bien cómo llevar el misterio de Anna, y las razones detrás de esto. Va soltando cada pista poco a poco, para que el espectador vaya haciendo teorías junto a Lib. Es una película entretenida, que nos recuerda hasta dónde pueden llegar las personas por la fe.