El violín de mi padre
La plataforma de Netflix cada vez apuesta más por las series y películas turcas. Entre ellas, «El violín de mi padre», llega como un filme emotivo y familiar, con algunos buenos mensajes, y una que otra inconsistencia.
El violín de mi padre resalta por ser ese tipo de película que te hace valorar la familia, las conexiones y la vida. Con excelentes actuaciones y un buen ritmo, esta historia es inspiradora y cálida, del tipo que verías más de una vez.
La muerte del padre
Todo da inicio con el padre de Ozmen, quien sobrevive y cría a su hija en las calles. Él es un padre amoroso y dedicado que toca música con un grupo de amigos, para poder comer.
A pesar de ser una vida con ciertas carencias, lo saben llevar bien, divirtiéndose en cada presentación. Siempre hace lo posible para que no le falte lo más importante a su hija, por ello, cuando se entera de su enfermedad, no duda en buscar ayuda.
Se nos cuenta brevemente su historia, el cómo huyó a otro país, cortando lazos con su familia, al punto en que su hermano lo odia. Sin más opción, busca la forma de contactarse con él, para avisar que le queda tan solo un año de vida.
Él realmente esperaba que, aun con lo que ocurrió, su hermano se apiadara de él y su hija, puesto que ella no tiene la culpa. Lamentablemente, no logra que acepten a su hija, así que finge no estar enfermo, y sigue como si nada, hasta que su cuerpo ya no puede más.
Ahora, su hija queda a merced del estado, a punto de ser separada de los amigos de su padre, hasta que, su tío acepta. La única razón para hacer esto, es debido a la presión de su pareja, y de los amigos de su hermano.
Ellos quieren que firme la custodia para que luego se la ceda a ellos. De esa manera, Ozmen no tendrá que separarse de los que ella considera su familia. A su vez, su tío, Mehmet, no tendrá que hacerse cargo de ella.
El tiempo juntos
Mehmet y Ozmen solo tenían que permanecer juntos un día o dos, pero el estado va a seguir su caso por un mes o dos. Con esto en mente, molesto, evita por completo a la niña en casa, apenas prestando atención, cosa que la aburre.
Como es usual en ella, se tiende a escapar cada que algo no le gusta, por la forma en que fue criada. Mehmet poco a poco se da cuenta de que, al menos, tiene que ser más responsable.
Pese a esta mejora, la sigue ignorando en la mayor parte de cosas, prohibiéndole divertirse o tocar su instrumento. Más que todo, al ser él un músico reconocido, piensa que tanto su hermano, como su sobrina, al ser músicos callejeros, no tienen talento suficiente.
La falta de emociones
La respuesta emocional de Mehmet es bastante realista, él odiaba a su hermano y, aunque la niña no tiene la culpa, no puede aceptarla. Hay una pared entre ambos desde el primer minuto, Mehmet no está dispuesto a dar una oportunidad, y Ozmen solo quiere volver con su familia.
A medida que transcurre la película, Mehmet se va encariñando un poco con la niña, sobre todo después de descubrir que sí toca bien. Su relación se vuelve más cercana, y él al fin considera la idea de quedarse con la niña.
Sobre todo, lo que más resalta de la niña es su carácter, su forma de ver el mundo y sus ocurrencias, aun si causa problemas. Por la parte de Mehmet tenemos un gran desarrollo, muy bien logrado, que consigue cautivar a la audiencia.
El problema es el personaje de Ozmen. Si bien actúa como una niña, hasta cierto punto normal, hay algo que no cuadra del todo. Ella, a pesar de la muerte de su padre, no se muestra realmente emotiva.
En muchos casos, se ve como si ni siquiera le importara su padre y su muerte, sino solamente volver con sus amigos. No tiene una fase de duelo, ni tampoco tiene actitudes referentes a ello, aparte de cierta rebeldía.
Es como si el padre se volviera un simple extra, y el violín, lejos de ser su inspiración por ser de su padre, parece algo común. Claro, hay uno que otro comentario sobre su padre, pero no pasa de ahí, y suelen ser por parte de su tío.
No hay ningún desarrollo en su personaje, tiene cierta personalidad desde el inicio, y no cambia. Es despreocupada y rebelde, cosa que la lleva a tener accidentes, exponerse al peligro y poco más. No parece aprender nada en la película, aparte de convivir con su tío y comenzar a tenerle cariño.
¿Vale la pena «El violín de mi padre»?
Aún con los problemas que llega a tener en el desarrollo del personaje de Ozmen, es una buena película. Sabe manejar casi perfectamente todo lo demás, a pesar de las inconsistencias que pueda surgir.
Es el tipo de película que busca dejarnos ese mensaje de unión, de segundas oportunidades. En el caso de Mehmet, nos recuerda que debemos soltar el pasado, y perdonarlo, para que no afecte nuestro presente.
Por una parte, se queda corto en lo referente a los amigos del padre de Ozmen, así como con la chica encargada del caso. En un principio parece que tendrán mucha relevancia, pero solo aparecen en los momentos exactos en que son necesarios para la trama.