Ex Machina, rompiendo la línea entre humanos y máquinas

Ex Machina

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¿Qué te hace humano? Es una incógnita que centra la trama de la película. Ex Machina trata el tema de la inteligencia artificial y cómo esta puede llegar a superar la humana. 

Una película del director Alex Garland, quien es muy poco conocido, ya que esta viene siendo la primera película dirigida por él, trabajando antes de esta, como guionista de un par más. A pesar de ser su primera dirección, Ex Machina no tiene nada que envidiarle a películas de directores más reconocidos, teniendo un guion, fotografía y actuaciones excelentes.

Este filme de ciencia ficción nos habla de la historia de un androide, un tipo de robot que además de tener apariencia humanoide, imita comportamientos del mismo de forma autónoma. Con la apariencia de una mujer hermosa, “Ava” debe probar que es capaz de imitar por completo el comportamiento humano, razonando como lo haría uno, a la vez que utiliza esta misma inteligencia para lograr salir de su cautiverio. 

Lejos de ser el estereotipo de ciencia ficción donde naves espaciales pelean a muerte con grandes explosiones, Ex Machina va más de la mano con la rama de ciencia ficción creada por Isaac Asimov, autor de libros que recomiendo si eres fan de este tipo de tramas. Asimov en sus relatos nos muestra la otra cara de la tecnología, una capaz de llegar al punto de asimilar las emociones, y actuar en base ello, como vemos en el libro, y posterior película, el hombre bicentenario. 

Pero, mientras El hombre bicentenario nos revela a un androide que llegó sentir emociones, en Ex Machina vemos un androide que entiende las emociones, y las utiliza, más no las siente. Podríamos decir que, en efecto, Ava logró llegar al punto humano, sin embargo, debido a su “falta de alma”, por decirlo de alguna manera, terminó siendo más como un psicópata.

Recordemos que los psicópatas son personas comunes como cualquier otra, la única diferencia radica en que no son capaces de procesar las emociones, pero justamente eso es lo que hace que aprendan a entenderlas y manipular las emociones de los demás a su antojo. Estos pueden utilizarlos simplemente para obtener un beneficio, o terminar en el caso más mortífero, que conocemos bien gracias a las películas de terror, las noticias y documentales.

Lo más interesante de esto, es el hecho de que Ava llegue al punto de hacer dudar a la propia audiencia acerca de su naturaleza, y si es capaz de sentir atracción y cariño, o no, realidad que nos termina golpeando en la cara como un balde de agua fría. Con su magnífica actuación, Alicia Vikander nos recuerda que, aunque más listas, con más habilidades, y bellos rostros, las máquinas siguen siendo eso, máquinas. 

Aunque todo esto nos lleva a una incógnita que nunca termina de resolverse. ¿Ava realmente deseaba la libertad, o simplemente seguía el propósito por el que fue creada? Al ser la prueba final sobre su inteligencia, el poder utilizar todos sus recursos para escapar, sin importar qué, no podemos responder a ciencia exacta sí demostró un comportamiento humano, o no. 

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¿Qué te hace humano?

Esta pregunta fue su eslogan, y su más grande herramienta de Marketing. Su estudio, A24, lanzó una campaña de marketing en el que preguntaban directamente a personas al azar de internet, ¿qué te hace humano? Luego de responder, les enviaban el link del tráiler de la película que, sin duda alguna, refutó al menos el 90% de las respuestas, si no es que más. 

¿Qué te diferencia de un animal, y de una máquina? La capacidad de razonar, y de sentir emociones, es lo que más responden. ¿Puede un animal razonar de la misma forma que un humano? Queremos pensar que no, y en muchos casos, estamos seguros de que no es así, sin embargo, ¿cuántos animales son capaces de crear estrategias para cazar, conseguir alimento, o incluso escapar de un peligro? Por algo hay tantos experimentos de ratones en un laberinto.

¿Y las emociones? ¿Son los animales capaces de sentir como un ser humano? No estudié biología, ni psicología, pero sé que si me ausento mucho tiempo de casa, mis mascotas comienzan a lamentarse y hacer ruidos parecidos a un llanto, de lo cual mis vecinos se quejan mucho. Y sé que cuando llegue, estarán brincando de alegría. 

Pero, ¿y una máquina? ¿Es capaz de razonar? La inteligencia artificial parece, para muchos, algo muy lejano, de un lugar futurista, pero lo cierto es que ya existe. Algoritmos que analizan tu comportamiento para sugerirte productos, aplicaciones de mensajería donde puedes tener conversaciones completas con un bot, asistentes virtuales que se ajustan a tu vida, para organizarla y ayudarte. 

Ava, en este caso, es lo mismo que todo lo anterior, una serie de algoritmos creados con el propósito de que aprenda de su entorno, se adapte, y cumpla una función, que en su caso, es el llegar a “ser humana”. “Ella” es capaz de razonar, de tomar analizar todo lo que hay a su alrededor para poder alcanzar su objetivo, de una forma igual o incluso superior a la que haría un humano.

En cuanto a sus emociones, son un pequeño misterio que nos atrapa hasta el final, en mi opinión, como mencioné antes, Ava se me hace más parecida a un psicópata, que a un humano “funcional”, pero que, en efecto, llega al punto de comparación de un humano, volviéndose una inteligencia artificial completa y capaz. 

Pero claro, hay quienes afirman lo contrario a mí, logrando ver sentimientos reales en Ava. Puede que esto sea verdad, o puede que la estrategia de Ava esté tan bien lograda, que haya logrado engañar a más de un espectador, al igual que como lo hace con su “salvador”.

Esta duda quedaría más clara si Ava fuera el único sujeto de prueba en la película, si solo la viéramos a ella, podríamos afirmar con completa seguridad, que no siente emociones reales. Para bien o para mal, hay un factor más para analizar, que vienen siendo las demás androides

Las versiones pasadas, cuyos rostros desesperados se mostraron brevemente, y el otro androide, que acepta ayudar a asesinar a su creador, apenas ve la oportunidad. O, a penas se lo ordenan, pues nunca llegamos a oír lo que Ava le dice realmente.

Son estas escenas lo que le terminan de colocar la cereza al pastel del filme, las últimas incógnitas que nos da un final más abierto, completamente libre a la interpretación.