Hambre: Los sueños y los principios

Hambre

Hambre: Los sueños y los principios

Hambre es la nueva película tailandesa de Netflix sobre seguir los sueños, sin dejar de lado los principios. 

Se trata de la historia de una chica que desea ser una chef reconocida, pero que no ha podido siquiera trabajar fuera del negocio familiar debido a lo pobre que es su familia. Al conseguir su única oportunidad para lograr lo que tanto quiere, se enfrenta a la idea de tener que dejar atrás todo en lo que siempre ha creído. 

La disconformidad

Todo comienza con Aoy, una mujer que se queja de jamás haber podido salir a buscar un empleo y salir adelante, puesto que desde joven su familia la hizo trabajar en su pequeño restaurante. Gracias a este restaurante toda la familia se sostiene, sin embargo, apenas es suficiente para los gastos básicos, dejándolos en la pobreza.

Todo esto mantiene en un constante estrés a Aoy, que cierto día recibe la invitación a una prueba para un equipo de chefs, por parte de un hombre desconocido que nunca antes había ido a comer a su restaurante. 

Este se presenta como Tom, y afirma que el restaurante más importante de Tailandia está buscando un chef extra. Aoy no tiene nada de confianza en lo que el hombre le dice, no obstante, decide ir a la entrevista a probar suerte.

Allí, para su sorpresa, la escogen a ella en vez de a otro chef, quien parece mucho más experimentado, pero cocina sin ninguna emoción en particular. 

A partir de entonces hace todo lo posible por aprender de los mejores mientras está en aquella cocina, preparándose para cuando sea ella quien prepara y sirve los platos. 

Los problemas de ira del chef

Algo que destaca bastante, y que es un cliché en cuanto a los chefs, es el carácter del chef. Un hombre odioso, gritón, con aires de grandeza, y que hace sentir mal a su equipo cada día, como si no tuviera nada mejor que hacer. 

Debido a lo fuerte de su carácter, su equipo lo traiciona de más de una manera. 

Primero, alguien roba una de las carnes de más alta calidad, argumentando que es injusto no poder comer las delicias que preparan para los clientes. Luego, durante una discusión, otro chef le clavó un cuchillo en el abdomen, después de que este le gritara por un error en uno de los platos. 

De una manera u otra, todos parecen buscar una manera de huir. Cada vez son menos los que quedan y, si bien Aoy recibe un mejor puesto gracias a las recientes vacantes, no puede evitar sentirse ansiosa de trabajar con alguien tan impulsivo. 

Aun así, sabe que no hay un lugar mejor para aprender y desarrollarse como chef. Después de todo, desde el primer día ella aprende cientos de cosas, recetas y técnicas que jamás habría podido aprender por su cuenta en su propio restaurante. 

hambre: Los sueños y los principios

El romance con Tom

La historia tiene un poco de romance entre Aoy y Tom, el chico que le dio la oportunidad de trabajar con ellos. 

Él se acerca de forma amigable para ayudarla con las cosas que no sabe o no le salen del todo bien, como los cortes de las carnes más caras. Pero rápidamente se terminan besando, aunque a este tema “Hambre” no le hace mucho énfasis. 

Debido a que trabajan juntos y hay constante presión, poco pueden hacer para sacar su relación a flote. 

La motivación de Aoy

Aoy deja en claro que su mayor motivación para mejorar como chef es ser reconocida como alguien especial, poder dar espectáculos como los de Paul, el chef principal. Sin embargo, ella misma se da cuenta muy rápido de que eso no es todo lo que quiere. 

Ella, acostumbrada a estar y cocinar en un ambiente familiar, todavía piensa que el mejor ingrediente en un platillo es el amor. Esto, por supuesto, solo hace reír a Paul, a quien no le interesa en lo más mínimo el amor, y que cree que es una tontería eso de cocinar “con amor”. 

Estos puntos de vista tan diferentes es lo que más hace dudar a Aoy sobre si continuar en el equipo de Paul. 

Finalmente, Aoy se decide por abandonar ese equipo al ver cómo Paul no solo considera estúpido el cocinar con amor, sino que no tiene ningún reparo moral en su trabajo, y está dispuesto a hacer todo por estatus y poder. Como cuando decide cazar y cocinar a una ave que está en peligro de extinción y que está protegida en su país por una ley, o cuando acepta hacer la última cena de una familia que pronto morirá. 

Todo esto lleva a Aoy a irse y abrir su propio restaurante con los contactos que consiguió mientras trabajaba con Paul. 

La pelea de Aoy y Paul

Si bien Aoy se desliga de todo lo relacionado con Paul, este llega un día a su restaurante. Ella se siente presionada por su presencia a hacer lo mejor posible, para que él apruebe su comida. Sin embargo, él se niega a calificarla, declarando que él no es nadie para ello, y que los verdaderos jueces serán los propios comensales. 

Es así como ambos terminan en una batalla por ser reconocidos por los clientes que los contrataron a ambos para un gran evento. 

En este lugar, Aoy hizo todo lo posible por preparar con mucho esfuerzo y amor cada platillo, siendo algunos algo sencillos, pero con gran sabor. Solo para ser eclipsada por completo por Paul, que ni siquiera se preocupa por los gustos de los clientes, y simplemente da un espectáculo. 

Al final, Aoy regresa decepcionada a casa, a cocinar en su pequeño restaurante, sabiendo que las grandes ligas jamás la harán feliz. 

¿Vale la pena “Hambre”?

Hambre es una película interesante con una clara muestra de cómo la cocina se ha convertido en un tipo de espectáculo, perdiendo parte de su esencia en muchos casos. 

En “Hambre” se habla mucho de los valores de Aoy, y como ella se aferra a ellos a pesar de tener el éxito asegurado si los abandona. En su final, la muestran como alguien decidida, que prefiere mantenerse en la pobreza, pero siendo feliz, a terminar como Paul, sin ninguna alegría en la vida.