Hasta que nos volvamos a encontrar, romance sin sentido

Hasta que nos volvamos a encontrar

Hasta que nos volvamos a encontrar, romance sin sentido

Vuelven las comedias románticas sin sentido alguno a Netflix, con Hasta que nos volvamos a encontrar, el primer filme peruano de la plataforma.

Desde ya se avisa que se trata de una película llena de clichés, con pésimas decisiones, y personajes que están muy lejos de comportarse de manera lógica. Sin embargo, en esta ocasión si hay algo bueno que agregar, la fotografía y el foco especial hacia la cultura y tradición de Perú.

Perú, aunque suele pasar muy desapercibido en el cine, sigue siendo un país muy hermoso, con mucho para mostrar, tal y como se ve en esta película. Es tanto así, que parece hecha como un simple capricho, para dar pie a estas escenas, sobre todo por lo mal construida de la trama.

Es una película bastante divertida, a pesar de todo, que puede llegar a entretener e incluso hacer reír en algunas escenas, aunque no es el tipo de cinta que se vería más de una vez. Por otra parte, intenta dar la típica enseñanza de respetar y amar lo tradicional y lo natural, aunque lo haga de mala manera.

 

Resumen

Hasta que nos volvamos a encontrar es una película muy simple, trata sobre Salvador, un «hombre de negocios», heredero de una gran fortuna y de una empresa de arquitectura de renombre en España. A pesar de tener suficientes estudios y talento, no se le ha dejado a cargo de la construcción de nada hasta el momento, por el contrario, pasó mucho tiempo en proyectos de remodelación.

Para probar que tiene lo necesario para ser el próximo jefe, su padre le encarga el proyecto de un hotel de lujo en Cuzco, Perú. Todo parece ir muy bien, con una gran oportunidad de crecer, de aumentar el turismo en aquel lugar, y conseguir más futuros proyectos, hasta que, como siempre, aparece la protagonista.

En su primera noche en Perú, Salvador tiene problemas con la cerradura de su alojamiento, por lo que debe buscar un sitio de reemplazo para esa noche. Es entonces que, allí, conoce a Ariana, la sobrina de la dueña del hostal, de quién se enamora a primera vista.

La química surge rápidamente entre ellos, pasando toda la noche hablando, y terminando en la cama. Al día siguiente, cuando Ariana se entera de que él es el hombre que compró los terrenos de su tía, se enfada, y le dice que ya no quiere volver a verlo.

En ningún momento se nos muestra como si la tía de Ariana hubiera sido obligada a vender, todo lo contrario, lo hizo con todo el gusto del mundo, pero para Ariana, esto simplemente no puede ser así. Aun así, ambos se siguen viendo, y aunque tienen varias discusiones al respecto, se ponen de acuerdo en dejar el tema de lado, y simplemente disfrutar de la compañía del otro.

Durante sus salidas a lugares turísticos, con mucha vegetación, Ariana regaña en varias ocasiones a Salvador por estar al pendiente de su teléfono, aun cuando solo era por cuestiones de trabajo, llegando a romperlo por error. En todo momento ella quiere hacer ver a Salvador como el malo, por hacerse con un punto y «modernizarlo», quitándole toda la «magia».

Finalmente, Salvador comienza a dudar sobre sus planes, y el sí es realmente buena idea colocar un gran hotel en esa zona, a pesar de que él mismo afirmó al inicio que esto ayudaría mucho al turismo de la zona, mejorando la economía general de la ciudad. Pero, como era de esperarse, hay un problema, y es que necesitan más espacio del esperado para la construcción, por lo que debe comprar también el Hostel, cosa que Ariana desaprueba desde el inicio de la película.

Al enterarse de que Salvador intenta comprar el Hostel, se enoja y se va, otra vez, a lo que Salvador, ya todo enamorado, abandona la idea del hotel, así como de heredar la empresa, por seguir a Ariana, y tener una vida sencilla y feliz junto, a pesar de que ella en ningún momento aceptó querer algo serio.

Hasta que nos volvamos a encontrar, romance sin sentido

Crítica

La película Hasta que nos volvamos a ver, funciona muy bien como una cinta que busca promover el turismo, pero en todo lo demás, falla.

Es innegable que hay un poco de química entre los protagonistas, sin embargo, en todo lo demás choca. Ariana no respeta ni su trabajo, ni sus responsabilidades, satanizando a Salvador por querer cumplir con lo que se le asignó.

Por su parte, a Salvador le falta carácter, se deja manipular por una chica que acaba de conocer, y con la cual no lleva ni una semana, cambiando por completo toda su vida. Esto puede parecer romántico para ciertas personas, pero en la vida real, esto simplemente lo llevará a quedarse sin nada una vez que la relación fracase, y parece que lo hará muy pronto.

En todo momento se muestra a una Ariana segura y sin ataduras, el tipo de persona que, si bien puede tener una pareja, y resultar muy bien, no abandonará sus creencias y estilo de vida por esta. Salvador comete el error de dejar todo de lado por ella, lo que lo llevará a arrepentirse más adelante, cuando vea que el supuesto amor que se tenían, no es suficiente.

Lejos de ser una película romántica, se siente simplemente absurda, al punto en que ha recibido todo tipo de críticas por ello, siendo la más destacable, la de su final. Y es que todos nos quedamos como el padre de Salvador, sin entender por qué tan de pronto toda su vida cambió, y cómo está dispuesto a dejar todas sus responsabilidades para seguir a una mujer que ni siquiera se detiene a escucharlo.

De hecho, el mayor problema en la cinta es que ninguno es capaz de escuchar en muchas ocasiones. Siempre están hablando, dando su punto de opinión, pero el otro realmente lo escucha.

Salvador se echa para atrás porque sabe que esto molesta a Ariana, pero realmente no termina de profundizar en ello, y lo hace solo por enamoramiento.