Hatching: la eclosión del mal
Hatching es el tipo de película que le gusta a un público bastante específico, aquellos que aman el horror, los temas psicológicos y un poco de simbolismos.
Se trata de la historia de una joven deportista que, cierto día, comienza a cuidar de un huevo extraño, que rápidamente crece, y la imita. Hay varios temas referentes a la identidad propia, los deseos reprimidos, la ira, y, por supuesto, la locura.
Es una película de Body Horror de finlandia, que lamentablemente, no muestra signos de ser estrenada en Latinoamerica.
La vida perfecta
Apenas inicia la película conocemos a Tanja, una niña de 12 años que vive una vida “perfecta”. Su madre, quien carece de nombre en este filme, pasa todo su día cuidando de cada mínimo detalle, para hacer increíbles videos sobre su vida familiar, y subirla a redes.
No tardamos ni cinco minutos en notar lo falso que es todo esto. Todo en su vida está pensado para dar una buena apariencia, incluso las actividades que hacen, cómo las hacen, y el perfil que deben mostrar durante las mismas.
Por si fuera poco, nos encontramos ante la típica situación de madre manipuladora y exigente, que quiere vivir sus sueños frustrados a través de su hija. La gimnasia, deporte que abandonó después de una grave lesión, se convierte en una especie de atadura para su hija, al no poder descansar hasta lograr los estándares imposibles de su madre.
Pese a todo, Tanja ama a su madre, ni siquiera piensa en contradecirla. Esto es lo natural para ella.
El cuervo y los cambios
El problema inicia cuando un cuervo entra por error a la casa, rompiendo algunas cosas en su vuelo. Tanja consigue atraparlo, y lo entrega a su madre sin dudar, esperando poder llevarlo afuera. Nada más lejano a la realidad, en la que su madre le rompe el cuello al ave, y se lo entrega para que lo bote.
Tanja queda impactada, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Por desgracia, las cosas no terminan de forma tan simple. Esta ave sobrevive, y llama la atención de Tanja, quien lo termina de matar con una piedra, solo para darse cuenta de que intentaba proteger a su huevo.
Sintiéndose un poco mal por dejar al huevo sin madre, se lo lleva y lo coloca bajo su peluche, para que tenga un poco de calor. Al paso de los días, este huevo se vuelve cada vez más grande, al punto en que termina siendo del mismo tamaño que Tanja.
Cuando al fin eclosiona, sale una especie de cuervo enorme y horrible, tal y como los otros polluelos, con apenas un par de plumas. Aunque si llega a asustarse un poco, no tarda en aceptar a esta ave como a un hijo, o una mascota, cuidando de este.
Desde su nacimiento esta bestia se muestra bastante violenta, centrando sus rabietas y ataques a todas las cosas, y personas, que molestan a Tanja. Al principio, esto no alerta a Tanja, simplemente se centra en educarlo, colocando de nombre “Alli”.
Alli tiende a hacerle caso a Tanja, pero aun así, no duda en atacar, y matar, al perro de la vecina, que hace un tiempo intentó morderla.
La metamorfosis
Alli no es un simple monstruo que ataca cualquier cosa, como en otras películas de horror, por el contrario, a medida que es cuidado por Tanja, forma un vínculo con ella.
Tanja se hace cargo por completo de su cría, se asegura de que nadie la vea, y la alimenta como suelen hacer las aves, masticando y vomitando los alimentos. Tanja nota la conexión la primera vez que Alli ataca, cuando mata al perro, puesto que al hacerlo, ella tiene una especie de shock.
A partir de entonces, cuando se siente así, intenta ir a donde esté Alli, para protegerla, y evitar que dañe a otros. No obstante, no intenta deshacerse de esta, al contrario, se encariña más.
Cada día Alli deja de parecer un ave, y se parece más a un humano, de hecho, parece querer copiar la apariencia de Tanja, al reconocerla como su madre. Mientras tanto, Tanja se enfrenta a situaciones que la sacan de quicio.
Su madre habla sin ningún filtro de su nuevo amor, e incluso la lleva a vivir con esta pareja. A su vez, la vecina, de su misma edad, que parece tan despreocupada y feliz, revela que es gimnasta, y es mucho mejor deportista que Tanja.
Estando triste y desanimada por la separación de sus padres, por la aparente indiferencia de su madre, pero sus constantes exigencias, ella solo quiere que su competencia desaparezca. Y, como si la misma Tanja controlara a Alli, esta aparece en el camino de la vecina, y ataca sin piedad, arrancando una de sus manos.
Tanja regaña a Alli, se siente culpable, pero no la echa del todo. Sin embargo, las cosas vuelven a descontrolarse cuando Alli centra su atención en el novio de la madre, y su bebé. A este punto, Alli se parece a una versión desarreglada y extraña de Tanja, por lo que, confundido, el hombre las echa a ambas de su casa al ver que Tanja es una amenaza.
No es sino hasta que Alli intenta atacar a la madre de Tanja que está al fin se vuelve por completo en su contra. Junto a su madre, Tanja persigue a Alli para matarla.
¿Qué es Alli? Explicación del final
Más allá de ser un monstruo, Alli es el reflejo de todo lo que Tanja oculta en su interior. Toda la ira reprimida, su deseo de ser salvaje, de no seguir ninguna orden, de atacar a todos los que son una molestia, o un obstáculo para ella.
Al principio es solo un poco rebelde, pero a medida que crece nos damos cuenta de cuán profundo es el resentimiento y los problemas de Tanja. Después de pasar tanto tiempo fingiendo ser perfecta, solo quiere mostrarse como es.
Cuando llega el final, Tanja, la hija perfecta, aquella que se desvive por su madre, y no muestra sus emociones, muere. Por otra parte, la salvaje Alli, y su espíritu más libre y animal, sobrevive, y la reemplaza por completo.
Aun si no está del todo de acuerdo, su madre termina aceptando este cambio con una sonrisa.