Historias Cruzadas, el racismo socialmente aceptado

Historias Cruzadas

Historias cruzadas

Historias cruzadas es una de esas películas que no pudo ser sacada de otro lugar más que de Estados Unidos, por su trama tan “personal”, en lo que se refiere a la historia de su país, junto con una temática que, al parecer, nunca pasa de moda, ya que los mismos estadounidenses se empeñan tanto en recalcarlo.

Por supuesto, hacer cientos, o miles de películas sobre el racismo, su historia y consecuencias no es nada malo, al contrario, bien se dice que conocer la historia nos ayuda a evitar cometer los mismos errores. Sin embargo, a pesar de que ya pasaron 60 años desde la década en que está ambientada la película, el racismo es algo que se sigue viendo dentro de este país, y que se seguirá viendo durante muchísimo tiempo.

 

El racismo socialmente aceptado vs el racismo “malo”

Esta película nos recuerda y nos deja muy en claro algo, que aunque las personas saben perfectamente que ya no vivimos en la época de esclavitud, igualmente está bien visto el racismo, solo que de otra manera. 

Anteriormente, las personas de ascendencia africana no eran consideradas como verdaderamente humanas, eran simples esclavos. Su posición cambió, pero aun así, en los años 60 seguían sin verlos como iguales.

Si alguien en esa época compraba a una persona, era obviamente mal vista, ya que entonces la esclavitud estaba mal, era una cosa del pasado. Pero, si estaba bien visto heredar a una sirvienta, poner a trabajar a las personas según su “raza” para pagarles menos, no darles siquiera un seguro médico, ni mucho menos permitirles comer en la misma mesa. 

Y claro, mantener el pensamiento de que las personas de color tienen “enfermedades diferentes”, que de alguna forma podrían compararse con la de animales, y que por tanto requieren de un baño aparte, como si se le estuviera colocando una caja de arena a un gato. 

“Deberían estar agradecidos, con todo lo que hacemos por ellos”. El hecho de ver como un acto de caridad el dar un trato humano, o una forma deformada de este, es el pan de cada día en esos días de los 60. 

Por supuesto, todos queremos pensar que estos días ya pasaron, que ya no hay esclavitud, que ya no hay sirvientas obligadas a trabajar de esta forma, que la segregación no existe… Mientras, hoy en día, puedes llenar una solicitud de colegiatura en la que te piden especificar tu etnia, ¿por qué?

Lo cierto es que Estados Unidos pareciera tener cierta obsesión con las cuestiones de etnias, cosa que puede verse reflejado en noticias como “llaman “mujer de color” a la actriz Anya-Taylor Joy, solo por ser Argentina”, cuando ella es una mujer de piel blanca, cabello rubio y facciones delicadas. ¿Qué parte de ella puede llamarse “de color”? También podemos ver esto es los nietos o bisnietos de latinos, que inmediatamente se creen latinos solo por esta relación sanguínea.

Los colores y las etnias dejaron de ser vistas como algo inferior (del todo), solo para ser visto como algo “exótico”, lo cual solo termina ayudando a la segregación, sin conseguir una integración real. 

Todo esto sin tener en cuenta el hecho de la discriminación que aún existe, sobre cómo “la gente de color” actúa de cierta forma, o tiene más tendencias a ciertos actos, según  los gringos. 

Historias cruzadas

La explotación laboral

El otro tema de la película es la explotación laboral, comenzando con el hecho de que las sirvientas sabían desde niñas que crecerían para trabajar de esto, sirviendo a la clase media alta y alta de “blancos”, por un salario menor al mínimo, sin prestaciones, y por muchas demandas. 

Para hacernos una idea de la brecha salarial, en 1968 el sueldo mínimo era de 1,60 dólares la hora, mientras que ellas ganaban solo 95 centavos, o menos, por hora.

Estas mujeres estaban prácticamente obligadas a servir de sirvientas, ya que no existían más oportunidades de trabajo a las que optar, aún no se les permitían asistir a los mismos colegios que a las personas “blancas”, y sus escuelas, a la que no todos podían permitirse asistir, no contaba con los materiales ni apoyo necesario e incluso básico.

Esto también afectaba a los hombres, que podían llegar a asistir a ciertas escuelas o universidades, según el estado al que fueran, pero aun así, esto llegaba a ser tan costoso o problemático, que muchos perdían la oportunidad.

 

Historia sobre racismo, con protagonista blanca

Uno de los puntos muy criticados del filme, incluso por parte de las mismas actrices, es el hecho de que siendo una historia sobre la vida de las sirvientas, y sus problemas, se tenga a una protagonista blanca, que tiene a su vez un problema que no contrasta del todo con la historia de las demás, y que quiere darle una especie de altar, como si fuera una heroína, por reescribir historias que no le pertenecen.

Bueno, sí, es verdad que no es una especie de heroína, pero solo ella podía hacer llegar a los estantes un libro con ese tipo de temática. Por otra parte, su personaje queda bastante flojo en varios puntos, por el hecho de que la mayor preocupación pareciera ser conseguir una pareja, mientras que las sirvientas arriesgan su vida solo para narrar las historias. 

Aun así, me parece adecuado incluir ambos puntos de vista, ya que nos permiten ver un poco de la realidad de cada uno, para poder compararlos. Al final, esta película nos intenta mostrar con bastante crudeza la realidad de aquella época, y todo lo que pasaban las personas solo para poder hacerse oír.