Intercambio de princesas
Intercambio de princesas es una trilogía de Netflix basada en el famoso relato del príncipe y el mendigo, siendo esta una adaptación con temática navideña. Con Vanessa Hudgens de protagonista, la película tiene buenas actuaciones y momentos cómicos, aunque tiene algunos fallos.
Resumen
Stacy es una repostera que acaba de terminar una relación, por lo cual se encuentra un poco triste, así que para distraerla, su compañero los inscribe a ambos en un concurso de repostería de un país lejano, con todos los gastos pagos. Al ser Stacy el tipo de persona que no puede hacer nada sin planificarlo antes, al principio rechaza la oferta diciendo que ya tiene muchos planes para las fiestas, pero al ver a su ex con una nueva novia, y no queriendo revelar sus solitarios planes ante ellos, decide aceptar el concurso.
Una vez en este país se nos recalca que Stacy es una persona ordenada, que ya ha hecho todo un itinerario, aunque esto no vuelve a mencionarse en toda la película. Un rato después por casualidad Stacy choca con otra mujer, que resulta ser idéntica a ella. Se trata de la duquesa de aquel país, quien también se sorprende al verla, y, al ver la oportunidad frente a ella, le pide que más tarde vaya a su mansión a ayudarla con unas cuestiones de su pastel de boda.
Esto no es más que una excusa, puesto que al llegar la duquesa le hace una propuesta a Stacy, diciéndole que si la reemplaza durante dos días, para que así ella pueda disfrutar de una vida «normal» durante este tiempo, entonces le dará cualquier cosa que desee. Stacy, lejos de querer una fortuna u otro tipo de banalidad, le pide a la duquesa que se encargue de la inscripción y mensualidad de la hija de su compañero, quien ama el baile y desea ingresar a una prestigiosa academia de ballet.
Ante una petición tan sencilla, la duquesa acepta felizmente, pasando a preparar de inmediato a Stacy para que sepa cómo comportarse durante los dos días que la reemplazará. De esta manera, Stacy comienza a aprender todo sobre su vida en poco tiempo, con una escena en la cual la asistente de la duquesa nos revela que es probable que su parecido se deba a un pariente en común, siendo este, un hombre que dejó su vida de lado para ir a Estados Unidos, del cual la familia real no volvió a saber.
De cualquier forma, en esta película nadie toca el tema de su nacimiento y sangre, así que es irrelevante de momento. Una vez que ambas están en la vida de la otra comienzan las complicaciones. En el caso de la duquesa, es descubierta desde el primer instante por la hija de su compañero, al ver que quema el desayuno y desconoce su saludo secreto, aunque su compañero en sí nunca se da cuenta del cambio.
Stacy, por otra parte, levanta sospechas desde el inicio, pero no la descubren hasta cerca del final. El problema al que debe enfrentarse, es que el prometido de la duquesa, con quien se casará en tres días, ha decidido cambiar su agenda para pasar esos días con su prometida, a lo que Stacy debe de saber mantener la fachada de duquesa, cuando se le había pedido en un inicio que simplemente se quedará en su habitación esos dos días.
A pesar de la diferencia de estatus y pensamiento, Stacy y el príncipe parecen llevarse muy bien, al punto en que se nota la química entre ambos, por lo que Stacy olvida los planes de mantenerse en silencio esos dos días y participa activamente como si fuera la verdadera duquesa, cumpliendo con sus obligaciones y usando su posición para hacer algo de provecho. Una de las primeras cosas que hace es visitar al orfanato, ver qué todos estén bien, y preocuparse al enterarse de que los niños no recibirán regalos en navidad, cosa que la vuelve bondadosa y hermosa a los ojos del príncipe, quien nunca se había preocupado por este tipo de cosas.
Mientras tanto, la duquesa dejó de lado el itinerario que había hecho Stacy y le pide a su compañero que la acompañe a recorrer la ciudad, yendo a mercados, ferias, y todo tipo de lugares, acercándose cada vez más a su compañero. Todo parece ir muy bien para ambas, hasta que llega el día en que deben regresar a sus puestos, momento en que todo se revela.
Resulta que justo cuando se encontraron en el palacio para recuperar sus lugares, un fotógrafo captó el momento, dándole las fotografías a la reina, quien ya intuía que aquella chica no era la verdadera duquesa. Para desenmascarar a la falsa, le dice a la duquesa que debe ir junto al príncipe a la ceremonia de premiación del concurso de repostería, ya que ella se encuentra ocupada con otros asuntos.
Al saber que pronto será descubierta, la duquesa le cuenta toda la verdad al príncipe antes de llegar al evento, por lo que este no se sorprende tanto al verlas juntas. Quien sí se sorprende es el compañero, que hasta el momento no tenía la más mínima idea de lo que ocurría. Lejos de armar un escándalo, ambos hombres aceptan que se enamoraron de la impostora, e incluso el príncipe no se queda con una simple confesión, sino que directamente le pide matrimonio a Stacy, diciéndole que si de aquí a un año aún están enamorados, se casarán y ella se convertirá en princesa.
Así termina esta historia con ambas felices, encontrando el amor, aunque aún quedan otras dos películas por ver.
Crítica
La película no es de las mejores ni peores, tiene ciertos fallos, pero no deja de ser entretenida.
Entre los fallos más importantes se encuentra la presencia de un personaje extraño, un anciano, que le da palabras de aliento a Stacy cuando aún se encuentra en su ciudad, y luego la vuelve a encontrar en el otro país, como si la siguiera, o como si fuese algún tipo de espíritu navideño, cuestión que nunca se aclara, dejando esa duda en el espectador. Además, tenemos el hecho de que el amigo no haya notado el cambio de personalidad de la supuesta Stacy, lo cual es extraño considerando el tiempo que llevan conociéndose.
También tenemos una pequeña trama secundaria que no se desarrolla y que parece estar puesta por relleno, que es sobre otra pastelera de la competencia que parece tener celos de Stacy, razón por la cual arruina los aparatos de Stacy para que así pierda. Esto no sirve de nada, es resuelto fácilmente y ganan, no hay nada destacable en ello.