La caída de Alejandra, la obsesión y la victimización

La caída de Alejandra

La caída de Alejandra, la obsesión y la victimización

La caída de Alejandra en un filme de Álvaro de Armiñán, quien ha estado involucrado también en “La rueda” y “La soledad del triunfo”. Es una película que trata el caso de una mujer desaparecida, caso en el que sus familiares, así como la policía, han perdido la esperanza.

Trata temas como la incompetencia de la policía, el amor entre familiares y amigos, el cómo viven estas personas con la culpa de no encontrarla, la victimización del agresor, y el rencor. Es un tipo de tema que, si bien está bastante repetido, siempre trae algo interesante que nos invita a ir haciendo suposiciones a medida que avanza la trama.

 

Alejandra

No nos dicen mucho sobre la vida o la personalidad de Alejandra. Lo poco que sabemos, es que es alguien enfocada en su arte, que pasa bastante tiempo en casa.

La mayor parte del filme se centra en las personas que la buscan, y que se interesan, por una u otra razón, en ella.

Nos presentan a su esposo, quien parece interesado en retomar la relación de yerno, con la familia de su esposa, pero es alejado en cada ocasión por ser el principal sospechoso. A sí mismo, conocemos a su amante, con el cual había terminado 6 meses antes de desaparecer.

Sus amigas, pese a haber pasado más de un año, siguen buscándola. Su madre que llora por ella cada día, y su padre que no quiere saber más del asunto.

La policía da a entender que posiblemente se escapó, sin embargo, una estudiante de investigación comienza a seguir el caso, como proyecto para la universidad.

No parecen hacer pruebas suficientes para hacer nada al respecto, por lo que ni la estudiante piensa ser capaz de encontrar algo más. Aun así, hace todo lo posible por contactar con todos los medios relacionados, para poder hacer su reportaje.

 

Las amigas

Las amigas de Alejandra se lamentan de su desaparición, en especial, una de ellas es la que más insiste en tomar cartas en el asunto. Después de mucho pensarlo, y todo tipo de excusas, al fin contratan a un investigador privado.

Con esto, esperan que algo salga a la luz, y aunque sea puedan enterrar el cuerpo, si es que ya falleció.

Al buscar pistas, se enfrentan al padre de Alejandra, quien no está nada contento con la idea de una investigación privada. Pero aun así, ellas no se echan para atrás, y siguen con su propia investigación.

Esto realmente no logra nada, el detective no es capaz de ir más allá de lo que los policías han descubierto. Por el contrario, sigue cualquier «pista», perdiéndose en gran parte de la película.

Se notan sus buenas intenciones, sin embargo, «La caída de Alejandra» nos recuerda que, en la mayoría de casos, hay muy poco que uno pueda hacer por su propia cuenta en este tipo de casos. Lejos de ser la típica trama de «alguien común resolvió un caso milenario», es más apegado a lo que en realidad hubiera sucedido.

La caída de Alejandra, la obsesión y la victimización

La estudiante

La estudiante de periodismo se mete de lleno en el caso. Logra sacar información de la policía, aún más que la propia familia, puesto que no la ven como a alguien importante, y su reportaje no saldrá de la universidad.

Recibe bastante ayuda en esto, e incluso logra entrevistar a varias personas cercanas a Alejandra. Por desgracia, hay cosas que simplemente no están a su alcance, por la falta de recursos.

Este personaje se siente como si fuera quién va a llevar todo el peso de la investigación, pero en realidad, está igual de pérdida que los demás.

Tiene un final trágico, puesto que, sin saberlo, termina en la casa del secuestrador, cuando solo quería seguir entrevistándolo.

 

La hermana

La hermana no quiere dejar de buscar, pese a que descubrimos el rencor que le guarda por haber sido «la favorita».

Ella es la única de la familia que se llega a encontrar con el exesposo de Alejandra, no obstante, lo hace de forma ruda, como si siguiera desconfiando de él. Le hace una propuesta de pedirle a sus padres que al fin se reúnan con él, si es que él les devuelve los últimos dibujos hechos por Alejandra, que estaban en la casa que compartían.

Al principio él se niega, pero termina por aceptar, dándole un cuaderno de dibujo en el que ella se da cuenta de que faltan algunos. Por más que él intenta negarlo, esto solo hace que desconfíen más de él.

Aunque, ella de por sí no parece tampoco alguien confiable, puesto que termina teniendo una aventura con el antiguo novio de su hermana. Cuando es descubierta, su padre ni siquiera quiere afrontarla por ello, y lanza toda la responsabilidad a ese hombre.

Pese a todo, es ella quien termina descubriendo el paradero de su hermana, por estos dibujos, y lo que encontró en ellos. Así, termina yendo con las amigas de Alejandra a rescatarla, completamente solas, puesto que nadie les quiso creer.

La manera en que lo descubre si es un poco rebuscada, como si quisieran utilizar cualquier mínima pista para volver a la hermana, la heroína. Por suerte, todo terminó bien.

 

El esposo de Alejandra

El responsable de todo esto resulta ser el esposo de Alejandra, a quien ella estaba dejando. Cuándo él vio que no había marcha atrás, la secuestró con la esperanza de que ella cambiará de opinión.

Esto, por supuesto, jamás pasó. Alejandra tuvo que pasar un año en su sótano, recibiendo todo tipo de regalos, junto a una actitud bastante bipolar. Ella en ningún momento se rindió de escapar, pero no podía.

Él prefería pasar el resto de su vida así, con ella, aunque fuera de esa manera. Incluso, cuando vio que podrían descubrirlo, decidió acabar con la vida de ambos, antes de dejar que se la llevaran de su lado.

Siendo un cobarde, terminó por declarar que no valía la pena, que aún le quedaba mucho por vivir, y la abandonó en el sótano, esperando a que muriera.

Si no hubiera sido por las amigas de Alejandra y su hermana, hubiera muerto sin que se supiera nada de ella.