La casa Belleville, el racismo desde distintos puntos de vista

La casa Belleville

La casa Belleville, el racismo desde distintos puntos de vista

La casa Belleville, también conocida como Master del 2022, es una película de Amazon Prime que toca temas como el racismo, desde varios puntos de vista muy interesantes.

Lo primero que resalta de la película es una de sus protagonistas, la actriz Regina Hall, que, por si no recuerdan quien es, se trata de una de las actrices de la famosa saga de películas Scary Movie. De la misma forma, la gran mayoría de papeles que ha tenido han sido de comedia, por lo que al verla, podríamos pensar que el asunto se convertirá en alguna especie de comedia negra.

Por el contrario, lejos de ser algún tipo de sátira, la actriz nos sorprende con una actuación impecable en una historia de terror psicológico que no tiene espacio para la más mínima broma. Mientras que, la otra protagonista, no se queda atrás a pesar de su edad, logrando una interpretación que le da todo un giro a la película.

 

Dos puntos de vista completamente opuestos.

Si bien hay técnicamente tres protagonistas, puesto que son tres chicas de color las que nos muestran su vida, solo hay dos puntos de vista realmente, los que podríamos catalogar como el punto de Gail, la profesora, y el de Jasmine, una estudiante. Ambas se conocen al terminar dentro de una escuela en Nueva Inglaterra, en la cual la gran mayoría de ellos, alumnos y profesores, son caucásicos, y tienen ciertos pensamientos «a la antigua», por decirlo de alguna forma.

La cuestión de este filme, y la razón por la que resulta interesante, a la vez que es confuso, es porque ambas, la niña y la adulta, pasan por circunstancias en cierto aspecto similares, pero lo ven desde polos opuestos. Una se aferra a las malas experiencias que ya le dejaron bien en claro a qué tipo de personas enfrenta, no obstante, la otra busca cualquier salida imaginativa a su problema, ya que es incapaz de entender la maldad de quienes están a su alrededor.

 

El punto de vista de Gail

Comenzamos con la profesora, una mujer que en su momento sufrió mucho por el bullying y el acoso de parte de compañeros, conocidos, e incluso jefes, por su color de piel. Ella conoce perfectamente el instituto en el cual va a dar clases, conoce su historia, y la forma en la que suelen tratar a personas como ella, y, aun así, va con toda la motivación y fe, al creer que será capaz de lograr un cambio en aquel lugar, para, de esta manera, convertirlo en un espacio seguro y libre para cualquier persona.

Lamentablemente, aunque sus actuales compañeros de trabajo la tratan técnicamente bien, y, gracias a qué cuenta con la autoridad de profesora no es molestada directamente, aún sigue sintiéndose excluida, como si hubiera algo malo en todo esto. Por supuesto, esto no tarda en verse, con la actitud, costumbres y otros aspectos más que delatan a todos por igual, casi cómo si su mundo entero tuviera todo tipo de prejuicios.

Gail nota el hecho de que todos los empleados de limpieza, y cocina, con personas de color, nota cómo los estudiantes tratan a Jasmine, y a la otra chica afrodescendiente, y finalmente, termina descubriendo que solo fue contratada para ser el rostro de «la diversidad y la aceptación», es decir, solo está allí para dar la impresión de que ellos son «buenas personas», al aceptarla entre ellos. Con todo esto, tenemos una constante y muy notable presión sobre Gail, lo que la va enloqueciendo, dejando bien en claro que, sin importar cuánto se esfuerce, nada en ese lugar cambiará.

Es un punto de vista que comienza un tanto idealista, pensando que podrá mejorar el mundo con su aporte, y termina por convertirse en pesimista, transmitiendo a toda la audiencia esta misma sensación de derrota. Este punto parece tener mucha influencia en películas como Get Out.

La casa Belleville

El punto de vista inocente de Jasmine

Ya sabemos lo que pasa por la mente de una persona que conoce el racismo, su dolor y su peso, y que hace lo posible para lidiar con ello. Ahora, siendo completamente opuesto al punto anterior, vemos todo desde los ojos inocentes de Jasmine, quien parece ni siquiera conocer esta palabra.

A pesar de haber nacido en el mismo país, Jasmine se nota que fue criada en un hogar lleno de amor, en el cual jamás se le discriminó, ni se le dio a entender que fuera distinta de los otros, por ninguna razón. Es así como esta niña, sin ninguna pizca de malicia, es completamente ciega ante las razones del maltrato que le infringen sus compañeras.

Aunque claro, todo se da de una forma tan progresiva y natural, que de algunas cosas ni siquiera la audiencia se da cuenta, sino hasta que ya es tarde. Comenzando con una orden de «limpia esto», y el nulo respeto hacia su espacio y sus cosas, su compañera de cuarto la trata como si solo fuera un adorno de la habitación, una especie de criada a ratos.

Luego, cuando uno de los chicos le habla de una leyenda antigua, sobre una chica que tuvo un final desafortunado, ella empieza a pensar que todas las cosas malas que le ocurrían era debido a esta especie de maldición, puesto que es incapaz de siquiera imaginar la maldad pura de sus compañeros. Llega un punto en que incluso la otra estudiante de color le ofrece su ayuda, argumentando que sabe por lo que está pasando y, aun así, ella lo rechaza, al creer que esto no es de esa manera.

Podemos ver cómo, con cada nuevo trauma o miedo que va tomando Jasmine al paso de los días, tiene cada vez más pesadillas que la consumen, y hacen considerar que tiene problemas con supuestos fantasmas o espíritus. Lo cierto es que, aunque estos espectros, si logran poner nerviosos a los espectadores, no son una entidad real, no están allí, y aunque lo fueran, no serían ni de lejos tan aterradores y peligrosos como sus compañeros.