La fotocopiadora, la impunidad y el machismo

La fotocopiadora

La fotocopiadora, la impunidad y el machismo

La fotocopiadora es una película indonesia, de Netflix, que trata temas como las injusticias sociales, el machismo y las diferencias de clases sociales.

A pesar de ser un tema muy frecuente en todo tipo de películas, es perfectamente flexible como para poder adaptarse a nuevos escenarios. En el caso de «La fotocopiadora», se hace uso de un caso muy particular, en el cual la protagonista debe resolver el misterio que gira en torno a su pérdida de memoria, y supuestos comportamientos indecorosos.

 

La vida de Sur

Sur es una chica bastante común, que trabaja como community de una agencia teatral, ayuda en la escenografía, y se esfuerza constantemente para conseguir la beca y el trabajo que tanto desea. Siendo musulmana, se suele abstenerse de todo tipo de fiestas y sustancias nocivas, teniendo además, unos padres bastante estrictos.

Esto da como resultado a una mujer muy trabajadora, que solo sería capaz de aceptar una invitación a una fiesta bajo circunstancias muy específicas, siendo este el caso. A ella la invita uno de sus amigos, Ranma, el cual le asegura que su padre quiere entrevistarla para un buen puesto de trabajo, y, entre la entrevista y la ayuda que recibe, se siente incapaz de rechazarlo.

Todo parece ir muy bien, hasta que, al día siguiente de la fiesta, Sur no solamente llega tarde a la entrevista, sino que se da cuenta de que circulan en sus redes sociales muchas fotos de ella borracha, cosa que la hace perder su beca y la oportunidad de empleo. Rápidamente, ella intenta dar con una explicación, puesto que no recuerda haber bebido más que 2 o 3 copas, sin mencionar que sería muy extraño que ella misma hiciera todo esto.

Las dudas sobre si le colocaron algo en el trago, y el sí fue abusada llegan a su mente, colocándola en un estado de alerta, desconfiando de todos por igual. Ella intenta hacer saber esto, pero sin pruebas no pueden hacer nada al respecto.

Es así cómo decide hackear los teléfonos de todos los que estuvieron en la fiesta, para ver quién tenía los archivos de fotografías de ella borracha. Para esto hace uso del cuarto de fotocopiado, aprovechando cuando los estudiantes conectan sus teléfonos a la computadora para sacar las copias.

Lamentablemente, su caso está lejos de resolverse, con la falta de pruebas, y su vida entera siendo destrozada por esta noche de la que ni siquiera se acuerda, ella cae en varios momentos en la desesperación. Primero pierde la oportunidad de trabajo, luego su beca, es echada de su casa, y nadie cree en ella.

Lo que más resalta es la actitud de muchas personas con respecto al suceso, señalándole como alguien de mal camino, haciendo chistes y lanzando insultos. Toda su credibilidad se pierde, e incluso cuando consigue pruebas, se le trata de la peor manera, llamándola mentirosa, criticando su vida y sus decisiones, diciendo que debe aceptar lo que hizo, en vez de culpar a otros.

La fotocopiadora, la impunidad y el machismo

Ranma y sus crímenes

Ranma era uno de los amigos cercanos de Sur, fue quien le ofreció la oportunidad de presentarle a su padre, para la oferta laboral. Se trata de una persona de una posición social mucho más alta, que es parte del teatro, y se suele encargar de casi toda la escenografía.

Cuando salen las primeras acusaciones él va directamente a conseguir abogados, aprovechando su poder y dinero para voltear la situación, acusando a Sur de difamación. Acorralada, Sur, con las pocas pruebas que tiene no le queda más opción que aceptar el trato que le ofrecen y disculparse públicamente.

Poco después, nos enteramos de que no es cuestión de una ocasión, sino que ya es costumbre para él hacer este tipo de cosas, aprovechándose de chicas que confían en él, y que tienen todas las de perder. Nos queda claro que sí no fuera por la acusación de Sur, las demás víctimas jamás habrían alzado la voz, por temor a ser juzgadas y meterse en problemas.

Ranma no solo se aprovecha de todo esto, encima, se burla y jacta del poder que posee, sabiendo que no hay manera de que puedan apresarlo por ello. Más allá de ello, incluso se regocija llamando «arte» a los crímenes que comete, apareciendo como una especie de trastornado, para eliminar la evidencia directa que tanto les costó conseguir.

 

El machismo y las injusticias

Esta película nos quiere recordar, y deja bien en claro, el tipo de sociedad en la que se vive en Indonesia (y muchos otros países), y la forma en que se comporta ante este tipo de crimen. Si bien es cierto que las cosas al inicio no apuntaban del todo a un crimen, el querer expulsar a alguien por una noche de fiesta, seguido de echarla de su propia casa, no es precisamente el mejor modo de actuar.

Se da a entender que la joven, a la cual ellos mismos invitaron a la fiesta, no es adecuada para el puesto, y para su beca por tomar algunas copas de más. Y aunque parecen un tanto más empáticos cuando el director le dice que la apoyará si trae mejores pruebas, la pica jamás investiga nada, y más que ayudar, estorba.

Cuando es obligada a disculparse todos lo toman con naturalidad, como si fuera lo que debe ser, criticando aún más que antes, por «hacer un alboroto». En ningún momento hay alguien que realmente crea en ella, el más cercano a esto es su amigo Min, sin embargo, él solamente le da algún que otro medio para que ella investigue, evitando en todo lo posible cualquier conflicto.

Nadie quiere involucrarse, todos quieren opinar, y finalmente la víctima es olvidada, dejándola sin ningún tipo de justicia, obligándola a buscar esta justicia por mano propia.