La hija oscura, la maternidad y el egoísmo

La hija oscura

La hija oscura

La hija oscura es una película de Netflix que nos muestra, de forma muy realista, el cómo algunas mujeres se sienten con respecto a la maternidad, siendo, después de todo, personas como cualquier otra.

La trama de este filme invita mucho al debate, ya que, por un lado, tenemos a una persona que solo quiere un poco más de libertad, de emoción, y por el otro, a una «pésima madre», egoísta y «terrible». La hija oscura se centra en intentar mantener a la vista ambas caras de la moneda, para que empaticemos con el personaje, por más que sus actitudes sean todo lo que usualmente se suele criticar.

 

La trama

Seguimos la historia de Leda, una mujer que ha ido de vacaciones a una playa griega, dónde se encuentra con una madre joven que pasa por circunstancias parecidas a las que ella vivió en el pasado. Sintiéndose muy identificada con esta mujer, Leda recuerda un poco su vida y su conexión con sus hijas, entendiendo las razones por las que hizo una cosa u otra, sabiendo que, para bien o para mal, no cambiaría nada de lo que hizo, a pesar de que en el fondo se arrepiente de alguna que otra decisión.

 

La muñeca

Todo inicia con Leda en la playa, disfrutando de sus vacaciones cuando un grupo de personas la intentan apartar y mandar, cosa a la que no le presta mucha atención, por el contrario, su mente solo se ocupa en observar a una niña pequeña que está en el grupo, cuya madre se llama Nina. Esta niña maltrata a su muñeca, la muerde y la raya, cosa que inquieta mucho a Leda, quien recuerda a su vez, la forma en que su propia hija, hace años, hizo lo mismo con una muñeca que le había dado.

Al poco rato la niña se pierde, cosa extraña en un grupo tan grande de personas, y es encontrada rápidamente por Leda, quien en el proceso de llevarla con su madre, le roba la muñeca. Leda no puede evitar seguir comparando la muñeca con la que su hija daño en aquel entonces, así que toma esta oportunidad para cuidar bien del juguete, le compra ropa y la limpia, manteniéndola alejada de la niña que la había maltratado.

Esto nos deja ver cómo Leda es incapaz de dejar el pasado atrás, refugiándose en sus recuerdos, a la vez que parece sentirse culpable de muchas cosas. Ella se recrimina el haber permitido que un juguete que amaba fuera destrozado por su hija al poco tiempo de dárselo, pero más que sentirse así por la muñeca, algo aparentemente insignificante, lo que realmente hace es culpar a su hija de sus desgracias.

Leda, con este recuerdo, y esta manera casi obsesiva de comportarse, revela que ella siente que sus hijas han dañado su vida, que la han maltratado de tal forma, que no puede sentirse tranquila al ver cómo otra niña le hace lo mismo a su madre. Todo esto está tan presente en su mente que es incapaz de devolver la muñeca, a pesar de que Nina en más de una ocasión menciona lo mal que se ha puesto su hija por extrañar a su juguete favorito, e incluso coloca carteles de «se busca» por ella.

La hija oscura

El engaño

Al sentirse tan acabada y mal con su maternidad, Leda recurre a un amante para recuperar la emoción en su vida, obteniendo la atención y libertad que necesita y desea. Esto se nos es revelado en otro flashback, y, a su vez, Leda descubre el amorío de Nina, quien parece estar cada vez más en su misma situación.

Nina encara a Leda apenas se da cuenta de que esta conoce su secreto, no obstante, se tranquiliza al entender que Leda no piensa revelar nada, y que además, la entiende y compartió su problema. Aquí ya podemos comenzar a darnos cuenta el cómo Leda dejaba de lado a sus hijas, al preferir ir de supuestos viajes de trabajo, dejándolas con su padre un par de días, para ver a su amante, sin embargo, esto no es necesariamente terrible, ya que seguía cuidando de ellas, y les daba todo su cariño, a pesar de mantener su aventura.

 

Los 3 años

Si bien lo anterior es, hasta cierto punto, entendible, y más de uno puede identificarse con el querer «escapar de la rutina», y «tomar un respiro», lo que Leda le cuenta a continuación a Nina la marca directamente como una persona «egoísta». Ella dice que pasó tres años lejos de sus hijas y su familia, abandonándolas de un día para otro, porque sentía que necesitaba hacer eso.

Leda no se comunicó con sus hijas durante este tiempo, ni con su esposo, quien le había pedido de rodillas que pensara las cosas, que estaba dispuesto a olvidar el engaño, y que solo quería recuperar su relación. Nada de esto la hizo cambiar de opinión, por el contrario, la impulsó aún más a irse a vivir con su amante, olvidando por completo que alguna vez tuvo una familia.

Esto es algo que Nina no puede entender, ya que no es capaz de dejar a su hija de esa manera, pero entiende el sentimiento de querer irse lejos, y rompe en llanto mientras le pregunta a Leda si está haciendo lo correcto al tener una aventura. Por su parte Leda simplemente le dice que lo que sea que ella quiera, está bien, que debe anteponerse a sí misma y lo que desea sobre los demás.

En otras circunstancias este sería un muy buen consejo, pero al ser madres, no puede abandonar tan fácilmente a sus hijas, como si fuera una mascota que puede regalar al vecino. Al darlo, Leda revela que, aunque ama a sus hijas, no siente que sea lo correcto ponerlas a ellas antes que a sí misma, y no está dispuesta a hacerlo.

 

Su regreso

A pesar de todo, Leda regresa con sus hijas, pero no por ellas, sino por sí misma. Con esto me refiero a que ella, en esos tres años, jamás sintió que debía volver porque sus hijas la necesitaban, porque la extrañaban, o cualquier otra razón por el estilo. Ella regresó porque las extrañaba, porque en el fondo se sentía mal por dejar sus obligaciones de lado, y porque sinceramente las amaba, aun cuando esté amor no fuera suficiente para «convertirla» en una «buena madre».