La nube
Película de “terror”, que sinceramente, podríamos catalogar más bien de suspenso o thriller, a menos claro, que le temas a los insectos. La nube es una película de Netflix estrenada el pasado 2020, que nos cuenta la historia sobre una familia que cría langostas, también conocidas como saltamontes y chapulines que, por alguna razón, toman cierto gusto por la sangre.
Aunque su trama puede parecer un poco floja cuando vemos su sinopsis, como una historia que es original, pero rebuscada, lo cierto es que logra hacer un buen trabajo, siendo entretenida, y manteniendo una atmósfera de intriga, suspenso y un poco de horror.
De hecho, su punto más fuerte, lejos de ser las langostas asesinas, es la interpretación de la actriz principal, quien crea todo el horror en la película, al obsesionarse con estos insectos.
Resumen
La nube nos trae la historia de una madre soltera que tiene una granja de langostas, con la que mantiene a ella y sus dos hijos. Lamentablemente, a su negocio no le va nada bien, ya que los saltamontes casi no se reproducen últimamente, y ya que estos se venden en grandes cantidades, unos pocos no pueden siquiera venderse.
Por otra parte, sus hijos sufren de constante bullying en la escuela, debido al trabajo de su madre, y sus problemas económicos, razón por la que ambos tienden a meterse en problemas, y no pueden estudiar bien.
La madre comienza a desesperarse por esta situación, pronto no tendrá con qué alimentar a sus hijos, llegando a última instancia a tener que darles de comer su propia mercancía, si es que la producción sigue igual, además, ella es consciente de la infelicidad de sus hijos, y quiere buscar la forma de resolver todos estos problemas.
Un día, harta de todo, le promete a su hija que venderá todo, para poder mudarse a otro lugar, y buscar un empleo. Aunque esto lo dice con mucha convicción, ella sabe muy bien lo difícil que sería vender su casa, y la granja que maneja, siendo lo más seguro, el que se les acabará el dinero antes de encontrar un comprador.
Furiosa, entra en la granja y comienza a romper cosas, perdiendo el control, cayendo y golpeándose fuertemente, dejando abierta una herida. Cuando al fin se levanta, se da cuenta de que las langostas están comiendo la sangre que quedó alrededor, y que terminaron por arrancarle pedacitos de piel del brazo.
Viendo esto, está aún más decidida a deshacerse de la granja, hasta que, poco después, descubre que a las langostas las motivó la sangre a reproducirse, cosa que era lo único necesario para que el negocio pudiera mejorar.
Al estar completamente desesperada por su futuro, y el de su familia, piensa que la mejor opción es seguir dándoles sangre, para que mantengan un ritmo desenfrenado de reproducción.
Es aquí cuando todo va escalando, pasando de darle su propia sangre constantemente, como si de una transfusión se tratase, a ir permitiendo que coman directamente de su brazo, arrancándole la piel nuevamente.
Todo se sale de control cuando la hija, molesta porque su madre no ha puesto en venta la casa como le prometió, se mete en la granja, a dañarla impulsivamente. A pesar de no hacer mucho daño, un pequeño enjambre logra escapar.
Poco después, la madre encuentra a las que escaparon, comiéndose a la cabra de la familia. Estando claro que las langostas no distinguen entre la sangre humana y animal, a ella se le ocurre la idea de conseguir varios animales, para que puedan comer, siendo el primero, el perro del vecino.
Nuevamente, la cosa escala, cuando se roba una vaca para alimentarlas, y al no conseguir fácilmente otros animales, vuelve a usar su propia carne, esta vez, desnudándose, para que puedan comer más.
A este punto, no quedan dudas de la locura que consume a la madre. Su hija la encuentra, y como es normal en estas situaciones, queda un tanto traumatizada por lo que presenció. Aun así, tiene la suficiente cordura para pedir ayuda al amigo de su madre, quien acepta que se queden en su casa esa noche, en lo que se recuperan.
Curioso por lo que sucede, él va hacia la granja, donde descubre al cadáver del vecino, que acabó allí luego de buscar a su perro. Asustado, le echa gasolina a toda la granja, para poder quemarla y deshacerse de esos insectos.
Por supuesto, esto no termina tan fácilmente, ya que las langostas escapan fácilmente del fuego, convirtiéndose en un enjambre tan grande, que parecen una nube (de ahí el nombre de la película).
Al final todo queda en una de esas hermosas escenas de auto sacrificio, que sinceramente, teniendo en cuenta la condición psicológica de la protagonista, me inclino más a pensar en esto como una escusa para el suicidio.
Pues sabiendo lo desesperada que estaba, lo poco que le importaba su propio cuerpo, y el hecho de que prácticamente se estaba dejando matar por las langostas hace unos minutos, alimentándose, no es nada raro que su única forma de pensar en cómo salvar a su hija, sea cortándose a sí misma para llamar la atención de las langostas.
Crítica
La nube logra mostrarnos, gracias a sus increíbles actores, sobre todo la protagonista, una muy buena trama sobre la obsesión, la desesperación, y claro, la depresión. Recordándonos que las peores escenas de terror son las que pueden ser causadas no por un fantasma, sino por nuestros propios demonios internos.
El simple hecho de que la madre haya decidido conservar la granja, a pesar del peligro que representaba, nos muestra de lo que son capaces las personas en situaciones extremas, cuando ya no tienen más alternativas.