Los Boxtrolls, la valentía y la obsesión

Los Boxtrolls

Los BoxtrollsEl estudio Laika, conocido por las películas de Coraline y la puerta secreta, y ParaNorman, siempre suele traer algunos conceptos interesantes de la mano de una excelente animación. En este caso, Los Boxtrolls tratan varios temas dentro de su trama, entre ellos el «no juzgar al libro por su portada», siendo este el más destacable, junto con críticas sociales hacia la burguesía, las estafas y la opinión pública. Lamentablemente, esta película fue un tanto infravalorada, pero aún con ello consiguieron una ganancia decente en taquilla.

 

La trama

La película se sitúa en una pequeña ciudad victoriana en la que habitan los Boxtrolls, estos, a pesar de llevar muchos años allí siendo completamente inofensivos, son despreciados por todas las personas, ya que piensan que son criaturas terribles que secuestran y devoran niños debido a un malentendido, junto al temor a lo desconocido.

En medio de este odio injustificado se encuentra “Huevo”, un niño humano que fue criado por los Boxtrolls, y que vive y se comporta como ellos, ocultándose de los demás humanos, comiendo insectos y ayudando en a los Boxtrolls con sus aparatos. Toda su vida se pone de cabeza cuando conoce a Winnie, una niña humana que le hace ver que él es realmente un humano, y que debe estar con los de su especie.

Mientras ambos luchan para demostrar que los Boxtrolls no son seres malvados, el verdadero villano se las ingenia para mantener a todos bajo sus engaños y farsas, para así hacerse con un puesto alto en la sociedad.

 

El temor a lo desconocido

Aunque lo único en contra que tienen los Boxtrolls es el testimonio de un hombre que dice haber presenciado cómo secuestraban al bebé Truman, es muy fácil para los demás dejarse llevar por esta historia, e incluso convertir este relato en una especie de espectáculo, causando aún más pánico. Si a esto le sumamos el hecho de que ellos no pueden hablar el lenguaje humano, y aparte de eso son muy tímidos, además de tener miedo hacia todo, se vuelve imposible el que ellos puedan limpiar su nombre por su propia cuenta.

Algo muy interesante es que desde incluso antes de este incidente, los Boxtrolls ya eran vistos como algo indeseado, un problema, y por ello se les ve siempre saliendo únicamente de noche, ocultándose de todos. La situación se mantiene hasta el último momento, dejando en claro que sí no fuera por el valor que les infunde «Huevo», ellos no serían capaces de defenderse, muriendo sin la más mínima resistencia.

 

Las apariencias

Archibald, el villano de este filme, es una persona que sabe vivir de las apariencias, colocando todo su esfuerzo en manipular a los demás para obtener sus objetivos, por esto mismo lo vemos sin la menor pizca de vergüenza cometiendo todo tipo de actos que van desde mentir y travestirse, hasta secuestrar y asesinar sin piedad, manteniendo a personas como esclavos.

La audiencia no puede evitar sentirse un poco divertida, e incómoda, por cómo este hombre se muestra interpretando distintas personalidades dependiendo de lo que quiera lograr, contando cuentos sobre los «horribles» Boxtrolls, así como asistiendo a fiestas de gala, coqueteando con los hombres que odia, mientras miente sin parar.

Los Boxtrolls

La obsesión

El gran problema de Archibald es su obsesión con la jerarquía social. Él en ningún momento parece estar verdaderamente interesado en el dinero, sino en las cosas que hará con su nueva posición, como codearse con las otras personas «importantes» de la ciudad y poder degustar los mejores quesos.

Esto realmente no sería tan extraño si no fuera por el hecho de que Archibald es intolerante a la lactosa, a un punto tétrico en el que se arriesga a morir cada vez que prueba el más mínimo bocado. Aun de esta forma, con todos sabiendo de su condición, incluido él mismo, no se detiene ante nada por querer sentirse poderoso y relevante.

 

Un mundo nuevo

Dejando atrás el típico «ser diferente», Boxtrolls se centra en mostrar a «Huevo» como alguien que sí encaja y se siente a gusto con los que conoce, el problema, es que esos seres que lo cuidaron con tanto afecto no son de su especie, y, por tanto, debe volver con los suyos cuando descubre esto, algo que recuerda a la historia de Tarzan. Al encontrarse con personas físicamente parecidas a él, pero con costumbres completamente contrarias él se siente perdido, apenas logrando sobrevivir en esta nueva sociedad.

En el caso de «Huevo», él se reencuentra con los demás humanos teniendo cómo única fuente de información a Winnie, quien al ser solo una niña, le cuenta sobre el mundo de forma un tanto ingenua, mencionando las cosas como se supone que deberían ser, y no como son realmente. Esta información alterada hace que Huevo se plantee qué tiene de bueno la sociedad y las personas, si lo único que hacen es interesarse por cosas banales, ignorándolos solamente por ser unos niños.

Él se sorprende mucho al ver cómo una rueda de queso parece ser mucho más importante para los adultos que la realidad sobre los Boxtrolls y sobre Archibald. Así mismo, sé molesta con Winnie por mentirle, diciéndole que los padres eran personas que se interesaban por sus hijos, cuando el padre de Winnie únicamente parece tener ojos para su fortuna y quesos.

 

La valentía

Huevo debe armarse de valor para salvarse a sí mismo y a toda su familia, teniendo muchos problemas debido a que los Boxtrolls son incapaces de defenderse, llevándolo a varios momentos de miedo y ansiedad al no saber qué hacer al respecto. Aquí vemos una gran madurez en Huevo pese a su edad, él debe hacerse cargo de todo junto a la única persona que le ofrece ayuda, pero que realmente no pierde mucho ya sea que ganen o pierdan.

Por suerte para él, todo sale a su favor, y, aunque la pelea causa muchos daños, todos están a salvo al final de la película, mostrándonos unas escenas finales de Huevo interactuando un poco con su verdadero padre.