Los ojos de Tammy Faye, la obsesión y las buenas intenciones

Los ojos de Tammy Faye

Los ojos de Tammy Faye, la obsesión y las buenas intenciones

Los ojos de Tammy Faye llega para mostrarnos la vida de esta celebridad de los años 70. Se trata de un filme biográfico con excelentes actuaciones, un guion bien trabajado, y mucha energía en cada escena.

Aquí conocemos, o recordamos, a Tammy Faye, una mujer evangelista que, junto a su marido, crearon todo un imperio televisivo dónde predicaban la palabra, obteniendo millones con ello. Se trata de una pareja realmente creyente, que inició con el fuerte propósito de dar un mensaje de amor y fe.

 

Resumen

Se nos muestra a una Tammy que desde pequeña quería unirse a la iglesia a la cual asistía su madre, la cual era sumamente estricta, impidiéndole salir y hacer otros amigos. Un día, cuando logra escabullirse para entrar a la iglesia, inmediatamente se desmaya y le da un ataque, a lo que las personas a su alrededor lo toman como «el llamado divino».

Ya de adulta, conoce a Jim en una clase universitaria de estudios bíblicos. Él es un aspirante a predicador que abandonó su antiguo sueño y vida, luego de que atropellara por error a un niño, el cual se salvó «gracias» a las oraciones que él recitó en ese momento de desesperación.

Pronto ambos se enamoran, y Tammy, tan espontánea y vivaz como siempre, se casa con él y lo lleva a vivir con ella en casa de su madre. Ellos comienzan a planear su vida juntos, centrándose en llevar la palabra del señor a todo el mundo.

Tammy comienza con algunas marionetas para llamar la atención de los niños, mientras que Jim consigue un auto para poder viajar juntos y cumplir este sueño. La suerte les sonríe en todo momento, con algunas ofertas de presentarse en TV luego de haber obtenido un poco de renombre en sus viajes.

A partir de entonces ambos consiguen un show como pareja, haciéndose muy popular. Es entonces que Tammy queda embarazada, y al estar encerrada por ello, se siente desplazada e inútil, viendo como su esposo sigue trabajando incansablemente, mientras ella debe esperar.

Luego de algunas discusiones con un pastor retrógrado, la pareja decide que deben hacer su propia cadena televisiva, para así poder dar su mensaje sin ningún freno. Esta cadena crece hasta ser la más grande de todas las religiosas, con Tammy como cantante y predicadora, y su esposo Jim predicando también.

Con el aumento de la fama, salen algunas insinuaciones de que el dinero obtenido de la misma no es del todo transparente, mientras ellos afirman que son únicamente donaciones. Sobre todo, la madre de Tammy es la que más dudas tiene, desconfiando de su hija y los regalos que le da.

Cuando llega el segundo embarazo de Tammy, la pareja empieza a distanciarse, al punto en que ella comienza a sentirse atraída por su productor musical, sin embargo, antes de que pueda pasar algo, son descubiertos, y el productor es despedido. Aún con esto, los proyectos de la pareja no dejan de aumentar, con la vista puesta en un futuro parque temático cristiano.

Las cosas se empiezan a desmoronar cuando los escándalos llegan, Jim se envuelve en rumores sobre infidelidad, mientras que Tammy directamente busca la controversia, tocando temas delicados en su programa, como el Sida. Finalmente, a Jim lo encarcelan por fraude, y la madre de Tammy fallece.

Sin la menor intención de rendirse, Tammy siguió haciendo todo lo posible por recuperar su posición, aplicando a canales, programas de entrevistas y más, hasta que logró algunas oportunidades como cantante, que la devolvieron a un punto bastante estable.

Los ojos de Tammy Faye, la obsesión y las buenas intenciones

La obsesión y las buenas intenciones

Dos cosas quedan muy claras en esta película, y es que a pesar de los escándalos y alguna que otra decisión, Tammy siempre fue el tipo de persona obsesiva, que debía regir su vida por y para el señor. Por otra parte, esto jamás la llevó a ser el tipo de fanático que impone o se ata a las normas estrictas, por el contrario, ella deseaba que todos pudieran sentir la misma dicha que ella, al rezar y alabar al señor.

Desde pequeña se propuso este tipo de vida, casi como una misión divina, y mantuvo su fe toda su vida, sin siquiera dudar realmente por un instante. Es por esto que su carisma, sus deseos y buenas intenciones llegaron a sus espectadores, conquistándolos desde el primer instante, y recuperándolos con solo un par de canciones aún con todo lo malo que se decía de ella entonces.

Jim, por su parte, inició casi de la misma forma, con un propósito claro, que se sentía obligado, de buena manera, a cumplir. La diferencia está en que Jim, con la fama, el dinero y demás, si bien jamás llegó a ser directamente terrible, sí decayó, causando algunas estafas, faltando a su palabra con la infidelidad, y terminando sus días en la prisión.

 

La comunidad

Algo que sin duda hacía destacar a Tammy de otras predicadoras, tanto en aquella época, como en la actual, es su apoyo directo y constante a la comunidad LGBT, en televisión abierta, sin ningún reparo en lo que decían sus colegas. Con presentaciones de pacientes de Sida, y comentarios sobre cómo todos estamos hechos del mismo polvo.

Aunque claro, en aquella época, ese apoyo solo la llevaba a estar en más escándalos, y ser señalada, que conseguir un cambio real. De cualquier manera, fue una inspiración para otros, que siguieron apoyando pese a todo.