Mira, la chica del tren 2021
Aquí vamos con otro reboot, pero uno más que decente esta vez. Mira, la chica del tren 2021, siendo una adaptación del libro best seller del nombre “La chica del tren”, nos lleva a un intrincado caso de asesinato, donde la protagonista deberá seguir todas las pistas posibles para averiguar quién es el culpable, siendo ella misma, la sospechosa N#1.
La trama
Primero que todo hay que dejar en claro que esta versión tiene algunos cambios con respecto al libro y película anterior. En esta entrega, Mira, la protagonista, es una mujer que se encuentra en un estado depresivo, con problemas de alcoholismo y fallas en su memoria a causa del mismo, todo esto debido a un trauma que le dejó el perder a su bebé, y su matrimonio, luego de un accidente de auto.
Ella, quien ahora no siente muchos ánimos de vivir, pasa sus días con monotonía, viajando siempre en el mismo tren, en el mismo asiento, a la misma hora, cada día. En este trayecto, siempre se queda observando una casa en particular, en la cual ella solía vivir con su esposo, pero que ahora está ocupada por una pareja un poco más joven, que parecen ser el matrimonio perfecto, sonriendo cada vez que Mira ve la casa, como si estuvieran locamente enamorados.
Pero, cierto día, ella observa cómo aquella mujer, a la que tanto envidiaba por su “vida perfecta”, le es infiel a su esposo con otro hombre, lo que la hace enfurecer, creyendo que es una mujer inconsciente incapaz de valorar todo lo que tiene. Ante esta revelación, Mira bebe mucho ese día, terminando ebria en la casa de la mujer, a quien quiere confrontar por lo sucedido, a pesar de que obviamente Mira no tiene nada que hacer metiéndose en una relación ajena.
La cuestión tan interesante de todo esto, es que Mira al día siguiente no recuerda lo que ocurrió, y al escuchar que esa mujer está desaparecida, comienza a sospechar que pudo haber sido ella misma quien la hirió, o incluso asesinó. Con esta duda, Mira inicia su propia investigación, para averiguar la verdad, y saber qué hacer a continuación.
Lamentablemente para ella, todas las pruebas que aparecen señalan en su contra, y si acaso, un poco a un supuesto acosador que seguía a la mujer desaparecida. Mira piensa que a lo mejor podría tratarse de él, pero todo cambia cuando este hombre la contacta para contarle lo que realmente sucedió, lo que nos da a entender, tanto a Mira como a nosotros los espectadores, que no es el culpable, ya que busca mostrar las pruebas.
Mira hace lo posible para programar la cita con este hombre, con la esperanza de que le diga que no es la culpable o, al menos, no envíe las pruebas en su contra directamente a la policía, y simplemente le pida algo a cambio. Todo esto se complica más cuando un auto atropella al hombre, justo cuando estaba a punto de llegar.
El conductor huye, pero Mira alcanza a ver la matrícula y la memoriza, para poder buscarla después, ya que no parecía un accidente. Poco después, Mira consigue la dirección del hombre, y va a su casa, en búsqueda de las pruebas, y es ahí donde por fin confirma que ella, después de todo, no es la culpable.
Sin embargo, también descubre que su exesposo era el verdadero amante de la mujer, y fue él quien la intentó asesinar luego de que se enterara de que estaba embarazada, negándose a abortar. Pero, aun con esto, el verdadero culpable no es él, sino otra mujer.
Resulta que hace años, Mira, siendo una fiscal, sentenció a cadena perpetua a un hombre, quien era culpable claramente, pero tenía una hija en la policía, que se encargaría de vengar su encierro, y posterior suicidio. Esta mujer estuvo siguiendo a Mira todos estos años, hasta encontrar el momento perfecto para hundirla, sacando ventaja de su pelea con la mujer de la casa, para así incriminarla.
El trauma y la realidad
Esta película nos habla sobre los grandes problemas que pueden generar un trauma, en este caso, la pérdida del bebé de Mira, y su matrimonio fracasado, la hacen sentir como una inútil, como si ella misma hubiera sido la causante, y única culpable, de haber destrozado su propia vida, sintiéndose infeliz todo el día. Este trauma lo intenta superar, o al menos olvidar, sumergiéndose en la bebida como su vía de escape.
Ella sabe que lo que hace está mal, que sus pérdidas de memoria cuando bebe no son normales y que debe acabar con ello, pero también siente que lo necesita, que necesita olvidar todo lo malo. Al final, lo peor es que intenta proyectar todo lo que siente que le falta, todo lo que cree que arruinó, en dos extraños que solo ha visto en sus viajes de tren, por unos breves segundos.
Al enterarse de que esta fantasía era solo eso, y que el matrimonio al que envidiaba tenía también sus fallos, decepcionada, en lo que se podría llamar una etapa de negación, le echa toda la culpa a la mujer, no porque realmente crea que la desconocida es malvada y su esposo un santo, sino porque se ve a sí misma en ella. Mira deja de ver todo lo que quisiera tener, y comienza a ver todo lo que odia de sí misma, todo lo que quiere eliminar y olvidar, razón por la cual estalla en ira.
Este gran choque con la realidad, que le revela a su vez lo enfermiza que es su obsesión con ellos, es simplemente demasiado para ella, al punto en que realmente cree haberla matado. Sin conocerlos, sin que tenga que importarle, y sin ningún derecho de entrometerse en esa relación, Mira piensa que tiene la suficiente autoridad como para castigar a esa mujer por “arruinar su perfecto matrimonio”, siendo esto, la forma en que revela sus verdaderos deseos suicidas.