Nate mejor tarde que nunca, los sueños y el LGBT+

Nate mejor tarde que nunca

Nate mejor tarde que nunca, los sueños y el LGBT+

Nate mejor tarde que nunca llega a Disney Plus como la primera película, de este estudio, con un protagonista LGBT+, a la vez que nos trae de regreso sus aclamados musicales de gran producción.

Todos tenemos alguna película musical de Disney en nuestros corazones, pero, para bien o mal, estas fueron «bajando de categoría», de ser la música y espectáculo el centro de la película, a ser un simple extra. Con sagas como «Desendientes» y «Zombies» tenemos muy buenos ejemplos, ya que si bien la música es parte importante, por lo llamativo que llega a ser, bien hay una que otra que podría sacarse, sin que esto altere mucho la película.

En Nate mejor tarde que nunca es todo lo contrario, más parecido a High school musical, en especial su tercera parte, puesto que la música es lo que hace avanzar la trama, al punto en que sería imposible dar un buen resultado sin la misma. Con esto, tenemos un filme llamativo que desborda energía, con coreografías, canto y mucho más perfectamente acomodado.

Por supuesto, no todo es color de rosa, ya que si nos enfocamos más en su trama, y el cómo aborda todo, es, simplemente, «demasiado Disney». Esto quiere decir que su trama se basa en «aceptarse a uno mismo», con situaciones demasiado convenientes para el protagonista, y un final que no puede ser más dulce y «perfecto».

Si eres fan de este tipo de películas de Disney, Nate mejor tarde que nunca sin duda alguna es ideal para ti, no obstante, si, por el contrario, te molestan este tipo de agujeros en la trama, y exceso de conveniencias, entonces solo céntrate en la música, o directamente busca otra película. No es lo mejor, ni lo peor, de este año en Disney, pero claramente es una opción interesante que puede darte una agradable sorpresa.

 

La representación LGBT+ y la hipocresía de Disney

Primero que todo, lo que más ha llamado la atención de esta película, la representación LGBT+. Disney no es ningún santo, ni tampoco el mejor de los activistas, todos sabemos bien que la existencia de esta cinta se debe a la presión social, no a los «valores» de Disney, por lo que no es sorpresa para nadie que haya ciertos «fallos».

Aun así, independiente de si esta película fue resultado de verdadera moral, o un mero acto para aumentar las ganancias, no se puede negar que sigue siendo un gran paso para esta comunidad. Después de todo, hasta hace poco esto parecía completamente imposible, e incluso ahora tenemos alguna que otra censura dentro de este tema.

En cuando a Nate, durante toda la película se nos dan distintas señales e indirectas de que es gay. Aquí tenemos tanto un avance, como un freno, puesto que sí, en efecto, queda claro para los adultos que se trata de una persona homosexual, y puede llegar a entenderse que hay una que otra cosa más por el estilo, pero todo se basa en estereotipos.

¿Conoces el estereotipo, de hombre un tanto afeminado, con gusto por el arte, que habla y actúa de forma extravagante? Pues, está parece ser la interpretación de Disney sobre lo que es una persona homosexual, ya que es justamente lo que nos dan en esta película.

Es un avance, sí, con señales mucho más claras de su identidad y gustos, pero resulta un poco chocante el hecho de que su primer protagónico gay en el cine sea alguien con tantos estereotipos, cuando ya nos habían dado protagonistas como Luz, de La casa del búho. Un tipo de protagonista fuerte y decidida a la que vimos enamorarse poco a poco, sin necesidad de estereotipos o grandes señales.

Pero, claro, esto tampoco es un gran problema, simplemente queda esperar a que Disney incluya, poco a poco, a todo tipo de personajes de la comunidad LGBT+, hasta que esto no sea una gran noticia, ni sientan que haga falta usar estereotipos en todo momento. Por su parte, Nate no llega a quedar dentro de los «estereotipos pesados», sino que, por el contrario, se siente divertido y natural en muchas escenas, aunque no todas.

Ciertamente, no es como si los estereotipos fueran malos en sí mismos, ya que no llegan a ser mal utilizados. El problema de estos es que en toda la película no se habla abiertamente del tema, sino que todo se da a entender mediante estos estereotipos, evitando lo máximo hacer declaraciones.

Nate mejor tarde que nunca, los sueños y el LGBT+

La temática de Broadway

En Nate mejor tarde que nunca, vemos al joven Nate, de apenas 13 años, haciendo todo lo posible por seguir su sueño de participar en grandes espectáculos de Broadway. Tenemos escenarios de New York espectaculares, junto a escenas dignas de un gran musical de esta ciudad.

Desde el primer momento nos muestran a Nate como un niño extrovertido, con pasión hacia el teatro, la música e incluso el baile, quien no duda en dejar en claro lo que le gusta, en cada gesto y pensamiento. Es tanto así que todos a su alrededor lo ven como un «bicho raro», cosa que no parece afectar tanto como para siquiera pensar en cambiar.

Cuando Nate llega a New York, junto a la posibilidad de ver sus sueños cumplidos, resulta sumamente agradable ver este la forma en que se esfuerza tanto. Aunque, claro, el problema vuelve a caer en lo irreal de la trama, pero esto ya es una cuestión del gusto del espectador.

 

Los problemas del filme

En la película, Nate no solo escapa de casa a una ciudad extraña a sus 13 años, sino que incluso está escena se romantiza demasiado, dando a entender que alguien de esta edad puede hacer ese tipo de cosas. Por supuesto, no es como si este tipo de libertad creativa estuviera prohibida en el cine, sin embargo, con la llegada de películas como Red, en la que ocurre lo mismo, y posibles futuras entregas, pueden dejar un pensamiento erróneo de lo que es huir de casa.

Por otra parte, las conveniencias son demasiado exageradas en algunos casos, como que se encuentre con su tía justo en el mismo lugar de las audiciones.

De cualquier forma, es una película muy entretenida, recomendable para toda la familia, que rompe algún que otro estándar de Disney, pero sin ser muy arriesgada tampoco.