Parásito, otra película sobre clases sociales

Parásito

Parasito película

Una muestra de la terrible y explosiva realidad, Parásito, la película surcoreana ganadora del Óscar, nos hace plantearnos el verdadero significado de esta palabra, cuando es aplicada a la sociedad.

¿Quiénes son los parásitos del mundo real? ¿Los pobres que viven de las sobras y robos hacia los ricos? ¿O los ricos que no hacen nada por sí mismos?

El usual problema con este tipo de películas suele ser lo pretenciosa que llegan a ser, como una especie de propagando, donde buscan desprestigiar a uno de los dos bandos, como si acaso todo esto pudiera resumirse en blancos y negros. Por suerte, Parásitos no es una de estas películas.

Logrando lo que otras muchas películas e incluso libros no pudieron, de mantener en cierta forma la neutralidad, dejando la decisión y opinión completamente en las manos de cada espectador, permitiendo que saquen sus propias conclusiones a estas incógnitas. Esta es sin duda, una película digna, y directa.

Aunque, como siempre, hay un problema, y es que no todo puede ser precisamente bueno. A pesar de la buena construcción de los personajes, en normas generales, lo cierto es que podemos notar los estereotipos bien marcados de cada familia, que son o una cosa (ricos), u otra (pobres).

En este aspecto no existen puntos medios, dejando a la clase media fuera del caso, cosa que pudo haberle dado un punto externo al problema, que hubiera logrado desdibujar mejor la diferencia entre lo que se considera una persona buena y una mala.

Bong Joon-ho

Un director que ya conocemos por parte de Rompenieves, donde también nos relata una historia de problemas e inconformidad social, pero que en ese caso, pasa a temas mayores, al tomar cartas en el asunto de forma más directa.

Es un director con fuertes ideales, que logra plasmarlos en sus obras, casi gritando sus intenciones y forma de pensar al mundo. Esto es justamente lo que hace tan interesantes a sus películas, al incluir pensamientos reales, basados en lo visto y experimentado, para dar mensajes que no lleguen manchados de unas simples propagandas.

La brecha social

El principio y fin del filme. La brecha social está presente en todo momento, llegando a ser, de cierta forma, molesta e incómoda, cosa que está bien, ya que a fin de cuentas, se trata de algo que normalmente queremos olvidar, pero que siempre prevalece bien presente en nuestras vidas.

Por un lado tenemos a los Park, una familia acomodada, que vive en lo más alto, literalmente, en una casa tan espaciosa, que ni siquiera sus propios dueños terminan de conocer.

Y por el otro, tenemos a los Kim, una familia pobre, que apenas llega a fin de mes, y vive en el lugar más bajo, otra vez literalmente, en el sótano de una casa que ni siquiera les pertenece.

Desde el primer momento la película no se cansa de decirnos, de todas las maneras posibles, quienes están por encima de los demás, usando movimientos de cámaras, planos, escaleras, y cientos de simbolismos, que si o sí, van a estar siempre.

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Los estereotipos y razones

“Los pobres son los malos, que no buscan formas honradas de avanzar” “los ricos solo son víctimas, ellos tienen una vida sin preocupaciones, lo que lleva a otros a aprovecharse”.

Este es el tipo de ideas que entrega la película por encima, al mostrarnos a una familia de pobres que solo pueden sobrevivir a base de engaños, usando distintas tretas, para lograr lo que desean. Mientras, a su vez nos trae a la otra familia, feliz y despreocupada, que no parecen tener problemas, cuya única preocupación es que una lluvia les arruine sus planes de salir a acampar cómodamente.

Por su lado la familia Kim, en realidad no son tan “típicos pobres”, son personas muy capaces, e inteligentes, que lograron llevar planes bien estructurados para conseguir sus objetivos, engañando y estafando a quien hiciera falta.

Esto se demuestra claramente al ver cómo uno de sus miembros miente para conseguir un empleo, y posteriormente manipula a sus jefes, para que estos acepten al resto de su familia, poco a poco, como empleados domésticos.

En cuanto a la familia Park, la película hace lo posible por mostrarlos como personas incapaces de hacer las cosas por sí mismos, necesitando en todo momento de la otra familia, para mantener su estilo de vida, quedando, por esto, como el estereotipo de rico inútil, que pareciera ganar dinero solo por respirar.

Pero, algo muy bueno, es que no llegaron a ser engreídos, o al menos no en todo el sentido de la palabra, tratando siempre con el respeto que se le da a un trabajador, a la familia Kim.

Aunque claro, siguen teniendo cierto recelo por “la gente pobre” al juzgarlos por su “característico olor”, sin embargo, esto no llega a mucho más en el aspecto directo, siendo la mayor parte del problema, la forma en despreocupada de vivir libremente, mientras los otros apenas sobreviven. Cosa que claro, no es culpa de ellos, pero que aun así siempre está presente en este tipo de filmes.

El conflicto

Lo más interesante de esta cinta, es que su conflicto no se debe a “pobres contra ricos”, sino que le da una vuelta al asunto, al mostrar la constante guerra real que se suele librar en el día a día de las familias de esta clase social. La eterna guerra de “pobre contra pobre”, donde los de bajos recursos se pelean entre sí, por las sobras de los pudientes.

De hecho, en toda la película no hay un solo conflicto entre “ricos contra pobres” por alguna forma de recursos u oportunidades, sino que, su pelea se crea del recelo y la ira, la frustración, y falta de empatía. Son estas cosas las que terminan presionando a la familia Kim a ir en contra de los Park.