Rumspringa, el mundo y las diferencias culturales

Rumspringa

Rumspringa, el mundo y las diferencias culturales

Rumspringa es una película de Netflix que nos recuerda que siempre es bueno salir de nuestra burbuja, para entender mejor el mundo.

Con un joven que va a explorar, por primera vez en su vida, el mundo «actual», y se debate constantemente entre lo que realmente quiere, y lo que no, Rumspringa logra dar su mensaje, y dejarnos pensando. ¿Cuál es nuestra visión del mundo, y qué hacemos ante la inminente realidad?

 

Los Amish y el Rumspringa

El protagonista, Jacob, es un joven que forma parte de la comunidad amish, una religión étnica que se centra en los valores, la humildad y la vida sencilla. Ellos desconocen el internet, las ciudades, y cualquier otra cosa referente a la época actual, por el contrario, viven un estilo de vida de los siglos pasados.

Siendo completamente autosuficientes, hacen sus propios alimentos, herramientas y cualquier otra cosa, siguen un reglamento muy pesado y extenso de reglas, y se centran en ser «buenas personas». Pese a todo esto, y lo que pueda parecer, ellos tienen por costumbre permitirle la opción de salir de esta religión a los jóvenes, durante un periodo de tiempo llamado «Rumspringa».

En este, toman viajes de hasta dos años, a distintas partes del mundo, para verlo por primera, y probablemente última vez, con la opción de decidir si quieren quedarse o no, sin ningún freno, más allá de irse de casa. Aquí es cuando entra en escena Jacob, quien ha cumplido la edad necesaria para este viaje.

Rumspringa, el mundo y las diferencias culturales

El viaje y el choque cultural

Jacob va preparado a su viaje, con la fuerte convicción de aprovechar el tiempo lo mejor posible, sin dejar de lado sus creencias, reglas y metas, a menos que sea necesario. Para bien o mal, nada de lo que él esperaba se cumplirá.

El viaje se complica desde el principio, con su equipaje perdido, y sin saber cómo llegar a dónde su tío, que lo esperaba. En medio de esto, conoce a un joven que, por la barba que traía, pensó que también era un amish.

A pesar de no tener ningún tipo de relación con su religión, ni nada por el estilo, este joven se compadece de Jacob, quien no tenía ni idea de cómo moverse, o qué hacer. Es así como ambos terminan viviendo juntos por un tiempo, con Jacob alquilando «una habitación», en el apartamento del chico, que a duras penas lo puede dejar quedar en la bañera.

 

Los amigos y las diferencias

Este chico está más que dispuesto a mostrarle «el mundo» a Jacob, mostrándole algunas tecnologías, llevándolo a ciertos lugares, e incluso invitándolo a fiestas. Ambos no tardan en hablar sobre las diferencias tan enormes que existen entre ambas culturas, y la forma en que cada uno ve el mundo

Al preguntar por los propósitos de vida, la escena destaca por tener a un joven que afirma que lo único que quiere es graduarse, y hacer una que otra cosa, mientras el otro directamente dice que su propósito en esta vida es ser «buena persona». Resulta extraño ver tan grande contraste entre la forma de pensar «común», de seguir una serie de pasos para ser «alguien», para tener una buena vida, y alguien que solo piensa en disfrutar y agradecer por la vida.

Durante todo su Rumspringa, Jacob demuestra mantener este estilo de pensamiento, aun si se da cuenta de que las cosas no son como él creía. De hecho, en varios momentos vemos cómo antepone su deber y su manera de pensar, a sus propios deseos, hasta que estos terminan por desbordarse.

 

El amor

Podría decirse que lo que más impacta a Jacob no es tanto la tecnología, ni la manera de comportarse, hablar de las otras personas, sino, su propia idea del amor desmoronándose. Él es el tipo de persona que siempre había visto al amor como esas historias de amor perfecto e incondicional de Disney, por lo esta nueva perspectiva, como mínimo, lo decepcionó.

Cuando conoce a cierta chica, con la que comparte algunas opiniones, él pronto se da cuenta de los sentimientos que comienzan a surgir, y aquí es cuando más problemas y dudas tiene. Todos le dicen, que el amor es algo terrible, o inútil, que puede cambiar en cualquier momento, y volverse en su contra.

Esto no tiene sentido para él, ya que lo único que siempre conoció fue el amor perfecto de su familia amish. Él se enfrenta a tantas contradicciones, que realmente no sabe sí quiere volver con su familia, o si esa, ya ni siquiera es una opción.

 

La decisión

Llegando al fin a la casa de su tío, con sus cosas recuperadas, y una especie de biblia dónde sus antepasados anotaron sus pensamientos durante su Rumspringa, Jacob hace lo posible por entender el mundo.

Al saber que este mundo es mucho más grande y extraño de lo que alguna vez pudo imaginar, se siente en la obligación de tomarse un mayor tiempo de Rumspringa de lo usual. En este tiempo, él aún no sabe qué es lo que quiere, y qué hará con el resto de su vida.

Lo único de lo que está seguro, es que no quiere seguir siendo un ignorante, que quiere entender el pensamiento de los otros, sus costumbres y sus decisiones. Al final, podemos intuir que, por una razón u otra, él terminará quedándose fuera de esta religión, por el deseo de conocer más, de entender el mundo.

Pero, aquello que lo detiene, son justamente sus emociones, sus lazos con esta comunidad, y la terrible idea de tener que decirles adiós para siempre si escoge este nuevo estilo de vida.