Spree, hacerte famoso asesinando

Spree

Spree, hacerte famoso asesinando

¿Qué serías capaz de hacer por la fama? Spree es una película que viene a mostrarnos lo que una persona es capaz de hacer para conseguir sus cinco minutos de fama, y lo peor, es que, de hecho, las cosas que ocurren en todo el filme fácilmente podrían ocurrir.

Ya se han dado casos de personas que usan la violencia para atraer al público, puesto que es sencillo llamar la atención mediante el morbo, e incluso podríamos encontrar más de un caso de un asesino, al igual que en esta ocasión. Spree es meramente una historia ficticia, sin embargo, por más que es un tanto repetitiva y a ratos, simple, nos deja pensando un poco sobre esto.

 

Resumen

Seguimos la historia de Kurt, un chico que quiere ser un influencer famoso, al que no sigue ni una sola persona. Se nos cuenta un poco más sobre su vida, y cómo anteriormente solía trabajar de niñero, siendo uno de esos niños que cuidaba, un streamer de bastantes seguidores que de vez en cuando le da algún consejo, pero se niega a etiquetarlo para darle fama gratis.

Kurt, cansado de intentar en el nicho de los videojuegos, decide que quiere cambiar de público, haciendo cosas más extremas. Es entonces que comienza a trabajar con Spree, una empresa parecida a Uber, de servicio de Taxis compartidos.

Aquí vemos la nueva sección de su canal titulada «La lección», sin dar muchos detalles al respecto. Una vez que tiene a su primer cliente, un señor de unos 50 años llamado Patrick, que va de camino a dar una conferencia, Kurt le ofrece agua luego de una animada charla solo lo bueno de trabajar por internet.

El hombre muere a los pocos segundos, tal y como había planeado Kurt, el cual incluso nos muestra un tutorial sobre cómo alterar las botellas de agua, para añadirles veneno. Kurt simplemente se ríe del final del hombre, y va por su próxima víctima.

La siguiente es una agente inmobiliaria, a la que le revisa el teléfono luego del asesinato, mientras da tips sobre cómo borrar evidencia. Posteriormente, otro cliente, Mario, resulta ser un completo patán que únicamente le pide que se apure, hasta que se sube al taxi compartido, una comediante de Stand up llamada Jessy.

Al haber dos personas en el carro Kurt no tiene más opción que esperar, con la esperanza de que no beban el agua, ya que el otro se daría cuenta y podría causar problemas. Por suerte para Kurt, no solo no beben el agua, sino que Jessy se termina bajando por su propia cuenta luego de pasar varios minutos incómoda con Mario, que no deja de grabarla y decirle todo tipo de cosas molestas.

Una vez que están solos otra vez, Kurt lleva a Mario a un lugar remoto, dónde lo atropella varias veces. Mientras limpia la sangre, revisa su cantidad de espectadores pensando que, con tantas muertes, ya debería de tener miles, no obstante, Bobby, el influencer al que cuidaba de niño, es el único que lo observa.

Bobby le dice que su contenido es pésimo, que las muertes se ven demasiado falsas, y que además, a las personas no les gusta eso, por el contrario, las cosas que se vuelven virales son los retos y acciones «inspiradoras». Kurt se niega a aceptar esto, y continúa causando más muertes, cada vez más gráficas, con la esperanza de conseguir su objetivo.

Llega un punto en que Kurt, harto, va a la casa de Bobby, quien estaba en vivo hablando mal del contenido de Kurt, sin etiquetarlo para que nadie lo viera. Siendo ignorado y acusado de esta forma, Kurt asesina a Bobby frente a la cámara, y transfiere la transmisión a su cuenta, afirmando que su próxima víctima será la comediante Jessy.

Las cosas dan un pequeño giro, con algunas escenas casi de relleno de Kurt desviándose a otro evento, dónde asesina a un taxista, roba su auto, lleva a otra influencer, y está, casi muerta por ingerir un poco de veneno, le dispara a un policía. Ya en la presentación de Jessy, él decide no matarla luego de escucharla hablar sobre cómo se sentía identificada con el chófer que había intentado, de cierta manera, ayudarla esa tarde.

Aun así, cuando la lleva en su auto, le comienza a hablar sobre lo parecidos que son, y el cómo deberían hacer colaboraciones, con videos en los que tienen relaciones, para llamar más la atención. Esto, por supuesto, espanta a Jessy, que hace todo lo posible por huir.

Al final, tenemos a Jessy descubriendo que todo estaba grabado en vivo, insultando a los espectadores por ser unos enfermos, mientras acepta las solicitudes que estoy le hacen, como golpear más a Kurt, o tomarse una selfi con su cadáver.

Spree, hacerte famoso asesinando

Crítica

Lo primero a resaltar es la respuesta del público de Bobby. Al estar acostumbrados a ver cierto tipo de bromas, no parecen sorprenderse mucho de ver su asesinato, suponiendo inmediatamente que se trata de un juego.

A pesar de que no es el tipo de contenido que acostumbran, se quedan por el morbo, siendo parte de las elecciones que hace Kurt durante sus crímenes, convirtiéndose en cómplices, mientras sueltan algunos comentarios que van desde los insultos al humor negro.

Todo esto nos recuerda la poca empatía, y la gran adicción al morbo que tienen muchas personas. Alguno pudo siquiera dudar por un momento que no fuera una broma, e intentar llamar a las autoridades, o simplemente desconectarse, sin embargo, la mayoría se quedó a ver qué ocurría, sin ningún remordimiento.

Incluso cuando Jessy los llama enfermos, y les da a entender que todo está pasando realmente, ellos siguen enviando monedas para que ella siga ejerciendo violencia. Y, finalmente, cuando se revela el caso, Jessy, quien sucumbió a la presión del público, fue tratada como una heroína, y un ejemplo a seguir, por acabar con el asesino serial, pero nadie parece hablar de los espectadores que pagaron y votaron en el proceso.

En cuanto a Kurt, se trata de un personaje muy creíble, con una perfecta actuación, que nos hace sentir que realmente es un chico cualquiera que se obsesiona con la fama. Bien que el director y el actor estuvieron meses viendo contenido de personas con pocos seguidores para conseguir esto mismo.

Es una persona egocéntrica, que piensa que la fama debe llegarle, que lo merece y que puede conseguir lo que sea, sin ninguna consecuencia. No duda ni se arrepiente de sus actos, por el contrario, es feliz en sus últimos momentos de haber conseguido hacerse viral, aún a costa de su vida.

 

Las víctimas

De estas no hay mucho por decir, hay cierta variedad, sin embargo, las personas que usaron el Spree, más que coincidencia, eran conveniencias de la trama. No había nada en ellos que nos hiciera empatizar, y solo uno de estos consiguió ganarse un poco de odio, o al menos asco, para que su muerte fuera relevante.