Swallow, la soledad, la presión y el poder

Swallow

Swallow

¿Puede una persona con una vida «perfecta» ser infeliz? Swallow llega a recordarnos que sí, se puede ser infeliz en cualquier situación, momento o lugar, independiente del estado socioeconómico de la persona en cuestión.

No se trata de «el dinero no compra la felicidad» sino de algo mucho más significativo, y es lo que significa para cada persona la felicidad, la libertad, y el control, cosas que son necesarias para cualquiera, y que lamentablemente no todos tienen. Es una historia bastante fuerte, que llega en varios momentos a parecer un tanto exagerada, ya que no es algo a lo que estemos acostumbrados, pero que aún así, se mantiene realista en todo momento.

Swallow toca temas como la identidad, la presión, y los trastornos, sobre todo haciendo énfasis en el trastorno Pica, que se caracteriza por llevar a la persona en cuestión a comer objetos no digeribles. No por nada ha sido calificada entre las mejores películas del 2021, puesto que si bien puede parecer un tanto lenta para algunos, su trama es perfectamente dirigida, dejando un mensaje claro e inquietante.

¿Qué es capaz de hacer la mente con tal de «ser feliz»? Si bien el ser humano está en constante búsqueda de la felicidad, muchas veces obviamos este concepto, pensando que con el simple hecho de tener una vida tranquila y sin grandes preocupaciones es suficiente para lograr esto. Esta película no duda en refutar este pensamiento, dejando bien en claro que no, no es suficiente, y para algunas personas, este estilo de vida puede ser todo lo contrario a la felicidad.

 

Resumen

Seguimos la historia de Hunter, una mujer que se casó con un hombre de gran fortuna, a quien ama sinceramente, consiguiendo una mejor vida. Ella hace todo lo posible para adaptarse a este cambio, a pesar de que se siente claramente incómoda por no tener nada que hacer la mayor parte del día.

Al poco tiempo se acostumbra a ser «la esposa perfecta», manteniendo la casa en orden, esperando a su marido con una sonrisa, siendo la cara bonita en las reuniones y cenas… Durante todas estas escenas nos dejan ver, la soledad que siente Hunter, quien solo quiere ver a su esposo al final del día, para sentirse amada y apreciada, cosa que no ocurre, puesto que Richie, no le presta la más mínima atención por estar sumergido en su trabajo, buscándola solo cuando quiere tener relaciones, o cuando le señala algún error que cometió.

Las cosas empeoran para Hunter cuando descubre que está embarazada, ya que si bien esto hace que Richie se ponga feliz y se interese más por ella, esto no dura mucho, y por esto mismo la presión de sus suegros, quienes la ven como una oportunista, aumente cada día más. Al sentirse sola, ignorada, impotente, y presionada, ella busca una forma de sentirse mejor, de hacer algo que la haga sentir en control de sí misma y su vida, es entonces cuando comienza a desarrollar el trastorno Pica.

Comenzando con unos cubos de hielo, pasando rápidamente a una canica, Hunter se muestra fascinada ante la idea de hacer algo inesperado, algo absurdo, que la haga salir de su monotonía, llegando al punto en que no parece distinguir lo que está bien, de lo que está mal, o peor aún, es consciente de ello, y aún así lo hace. Ella se obsesiona con la sensación de poder que obtiene cuando ingiere un objeto extraño, y posteriormente lo expulsa, limpiando los objetos y apilándolos como una especie de trofeo.

Lo que comienza como una especie de acto de rebeldía, se convierte rápidamente en una obsesión, teniendo el punto de inflexión en el momento en que intenta tragar una tachuela, la cual le genera un gran dolor y cortes en la lengua y la garganta. Curiosamente, lejos de mostrarse errática o extraña, como se esperaría, ella se ve cada vez más feliz y tranquila, consiguiendo que incluso Richie se dé cuenta de esto y la trate un poco mejor.

Todo parece ir bien hasta que, en una ecografía, revelan el trastorno de Hunter, y la operan. A partir de aquí la pizca de control que había obtenido sobre su vida desaparece, estando más presionada que nunca, con su suegra encargada de todas sus comidas, lanzando algunos comentarios despectivos, un enfermero que no la deja sola ni un instante y su esposo tratándola como una loca.

Hunter, como una adicta, busca la forma de seguir consumiendo diversos objetos a escondidas, aunque, gracias a sus visitas al psiquiatra, consigue mejorar, y dejarlo poco a poco. Claro que, esto no dura mucho, puesto que Hunter descubre que su psiquiatra le cuenta todo sobre ella a su esposo.

Sintiéndose traicionada, y peor que nunca, Hunter recae, y por ello su esposo quiere internarla en un hospital psiquiátrico hasta que nazca el bebé. Por suerte, el enfermero se apiada de ella, y la ayuda a escapar. Una vez libre, Hunter no sabe qué hacer con su vida, pero siente que está mejor así, y no piensa volver por nada del mundo.

Tenemos una escena en la que busca a su padre, un hombre que abusó de su madre, y cumplió condena por ello, para de esta manera poder darle un cierre al peso que carga, de sentir que, siendo el resultado de una violación, fue un castigo para su madre. Para dar fin a la película, Hunter, decidida, aborta con pastillas, y simplemente sigue con su vida, dejando todo atrás.

Swallow

La polémica del embarazo

Si bien podemos ver qué Hunter desarrolla un trastorno por su soledad y falta de libertad, este no tenía por qué ser necesariamente Pica, pues, además de ser uno de los trastornos alimenticios menos frecuentes, es un riesgo directo hacia el feto. Por esto, está claro que para Hunter aquel futuro hijo no representaba una familia, ni mucho menos la oportunidad dar y recibir afecto a un hijo, sino que lo veía como otra atadura más, algo que hacía para satisfacer a marido, para ser la esposa «perfecta» que tanto quería.

Ya sea consciente o inconscientemente, Hunter deseaba acabar con ese embarazo desde el momento en que comió el hielo. El momento en que Richie y sus padres hacen una cena en su honor, y pasan tan rápidamente a dejarla de lado, tratando solo el tema del bebé, como si ella misma no importara, la lleva a tener este pensamiento de querer acabar con ese sentimiento.

Lo cierto es que en ningún momento de la película la vemos actuar alegre por su embarazo en sí, por la idea de tener un hijo. Hunter simplemente se alegra por un momento al ver que consiguió hacer algo que hará feliz a Richie, algo que la hará ver más importante, que hará que le presten la atención que tanto necesita.

Incluso al lastimarse con la tachuela no muestra ninguna preocupación por qué esto pueda dañar a su futuro hijo, ella únicamente se concentra en su dolor, y cómo esto la hace sentir en control de sí misma. Cuando al fin está fuera de toda la presión, cuando ya no siente que debe actuar con base en lo que quieran otros, Hunter no duda en abortar, como si fuera algo natural, demostrando que jamás sintió el más mínimo apego o amor hacia la idea de ser madre, y que incluso prefiere hacer aquello para no traer al mundo a un niño que, al igual que ella, crecerá con una madre que no lo ama.