The Crush, una loca obsesión

The Crush

The Crush

Todas las chicas tienen, por desgracia, alguna historia de acoso que contar, ya sea un leve capricho de algún chico, o un acoso extremo que le ponga en peligro. Pero, ¿y si fuera al revés? The Crush nos cuenta la historia de una menor que se encapricha y acosa a un adulto, hasta el punto de intentar asesinarlo. 

Claro que, en este caso, el personaje masculino no es precisamente el más santo de la película, y fue su propio error el que lo llevó a quedar atrapado entre la espada y la pared.

 

Resumen

Seguimos la historia de Nick, un hombre de 28 años que se muda al apartamento anexo de la casa de una pareja con una hija de 14 años, luego de conseguir otro trabajo. Desde un inicio vemos a Adrian, la niña antagonista, como alguien a quien le gusta hacer pequeñas travesuras, queriendo llamar la atención de otras personas, como mera forma de entretenimiento. 

Poco a poco, vemos como esto va escalando, buscando la forma de acaparar la atención de Nick, de cualquier forma posible. Al principio Nick se siente atraído por ella y le sigue el juego, a pesar de que sabe que esto está completamente mal, y he ahí su error.

Nick, siendo un periodista, se le asigna hacer una investigación, pero se sorprende cuando, al imprimir lo que había redactado, nota varios cambios en el artículo. Sin embargo, su jefe le dice que la investigación ahora está perfectamente redactada, por lo que la manda a colocar en la revista inmediatamente. 

Rápidamente se da cuenta de que fue Adrian, quien entró a su casa y editó su artículo, así que un tanto desconcertado, le pregunta por qué lo hizo, a lo que ella simplemente le dice que quería llevarse bien con él, pidiéndole que vaya a la fiesta de sus padres, en compensación. 

Con el ego un poco herido al ser corregido por una niña de 14 años, no acepta la invitación sino hasta el último minuto. Poco después, en la fiesta, ambos se encuentran y flirtean un poco, acordando un pequeño paseo al faro, donde terminan besándose.

Es aquí que Nick recapacita (muy tarde), y se da cuenta de que acaba de cometer un gran error, así que la devuelve a la fiesta, e intenta alejarse de ella. Pero, a partir de este momento, cuando Adrian piensa que Nick la ama, y que deben estar juntos, es que su obsesión comienza a hacerse más presente. 

Unos días después Nick tiene una pequeña reunión para celebrar su avance en el trabajo, en la cual Adrian por fin conoce a Amy, la compañera de Nick, e inmediatamente se siente celosa al verlo interactuando con una mujer. 

El tiempo pasa, y Nick va colocando cada día más distancia entre ambos, trazando firmemente una línea que Adrian no podrá pasar. Pero, aun así, sigue sintiéndose atraído por Adrian, y no puede evitar espiarla por las ventanas, cosa que ella sabe perfectamente, y utiliza a su favor para seguir llamando su atención.

Nick, a pesar de sus obvios pensamientos perversos, se niega a caer en la tentación, manteniendo la poca cordura que tiene, hasta que un día Adrian roba una foto muy preciada para él, en la que sale con su fallecido abuelo, por lo que no le queda de otra más que entrar a su casa a buscarla. 

Lejos de encontrar la foto, termina espiando otra vez a Adrian, a lo que ella se da cuenta, decidiendo desnudarse, para provocarlo. Por suerte, Nick se niega a hacer cualquier cosa, y simplemente se va de la casa a la primera oportunidad. 

A estas alturas, consciente de que Adrian no lo dejará en paz hasta conseguir su amor, busca la forma de mudarse lo más rápido posible, antes de que ocurra algo que arruine su vida, pues recordemos que Nick no es que sea un santo o una buena persona tan siquiera, sino que su única razón para poner límites, es porque sabe que eso afectará su carrera. 

Mientras esto ocurre, Amy y Nick se van volviendo más cercanos, terminando en la cama, cosa que Adrian descubre, sintiéndose traicionada. Como venganza, ella borra un trabajo muy importante de Nick, y encierra a Amy en un cuarto, con un enjambre de avispas, causándole mucho daño.

Este es el punto de quiebre en su “relación” con Nick, él se niega a volver a verla, o responder sus mensajes, concentrándose en su trabajo, y buscando un nuevo apartamento. Ella hace lo posible para mantener su atención, e incluso lo confronta por no estar en su competencia de caballo, a pesar de que sabe perfectamente que él se encuentra en una reunión de trabajo.

Cuando ve que nada de esto funciona, recurre como última opción, el autoagredirse, para hacerse pasar por una víctima de violación, utilizando el semen del condón que consiguió en la basura, la noche en que Nick y Amy se acostaron. 

Con golpes y evidencia de ADN, era imposible que Nick pudiera ser declarado inocente, así que se resigna, hasta que la amiga de Adrian le cuenta que ella sabe la verdad, ya que Adrian escribe todo en su diario. 

Ambos van en búsqueda del diario, a lo que Adrian responde intentando asesinar a ambos, cegada por los celos de ver a Nick junto a su amiga. 

Al final, Adrian termina internada en un hospital psiquiátrico, desde donde le sigue enviando cartas a Nick, mientras comienza a sentirse atraída por su doctor.

The Crush

Crítica

The Crush es una película que nos muestra el peligro de una obsesión, venga de quien venga, y el cómo una persona desequilibrada, a pesar de tener una cara angelical, puede llegar a causar mucho daño, sin siquiera entender que eso esté mal.

Adrian es alguien que fácilmente podría convertirse en una psicópata, o puede que ya lo sea. Sin embargo, nos muestra también a un hombre adulto que no mide el riesgo de dejarse llevar por una tentación, sino hasta que las consecuencias le caen encima, y que fácilmente pudo llegar hasta el final, si hubiera sido en otras circunstancias. 

Con dos protagonistas de moralidad dudosa, como mínimo, The Crush es un thriller de terror suave, de esos que son más entretenidos que impactantes, que toca un par de temas sensibles, sin llegar a profundizar en ellos.