Umma
Umma, de Sony Pictures, en una película de «horror», que busca hablarnos de los traumas, y cómo enfrentarse a ellos.
En el caso de su protagonista, Amanda, seguimos la historia de su terrible infancia, producto del trato de su madre. Vemos cómo ella vive después de esto, evitando tocar la herida a toda costa, hasta que ya no queda más opción.
En cierta forma, «Umma» nos quiere recordar que, por más dolorosos que sean algunos hechos, no podemos simplemente huir de los problemas. Estos, en algún momento, volverán a nosotros con más fuerza, y la única manera de detenerlos es afrontándolo.
El trauma de Amanda
Amanda es la hija de dos Coreanos, que se mudaron a Estados Unidos buscando una mejor vida. Su madre, Umma, era una mujer muy feliz y respetada en su hogar, pero, en esta nueva tierra, se sentía sola y pérdida.
Por su parte, su esposo jamás hizo caso a las quejas de Umma, obligándola a vivir allí con él, cosa que únicamente le causaba más pesar. Ignorada, Umma descargó toda su ira en quien menos lo merecía, su pequeña hija.
A medida que su tristeza y dolor crecían, también lo hacía su furia, por lo que no tardó mucho en lastimar a su hija. Entre los castigos que usualmente le daba a Amanda, el que más la marcó fueron los castigos con electricidad.
Umma electrocutó a su hija para que, según ella, entendiera su dolor, y lo compartieran. Sobra decir que, por esto, Amanda no quiso volver a hacer ese a cosas tecnológicas en su vida.
Al final, el abuso llegó a un punto en que Amanda, apenas obtuvo la edad suficiente, huyó de casa. Ahora, sola, y con un hijo en el vientre, Amanda termina en el campo, viviendo de la venta de miel que ella misma produce.
Ella está tan temerosa de ser encontrada que rompe contacto con el exterior, hablando y relacionándose únicamente con un amigo, que la ayuda a vender.
La vida de Chris
Chris es la hija de Amanda, quien, a pesar de tener una muy buena relación con su madre, sufre las secuelas de sus traumas. Ella, al igual que su madre, no tiene casi ningún contacto con el exterior, no tiene amigos cercanos de su edad, ni nada por el estilo.
Además, por el enorme pánico que le tiene Amanda a la electricidad, debido a las palizas de su madre, está le miente, diciendo que es alérgica. De esta manera, Chris no puede tener nada eléctrico en casa y, a su vez, tiene prohibido usarla fuera de esta.
Así vive engañada, cegada, con una madre que la ama, pero que pone en sus hombros la carga de sus traumas, impidiéndole avanzar. El único punto bueno, es que Chris comienza, poco a poco, a darse cuenta de que quiere más, razón que la lleva intentar ir a la universidad.
Claro que, esto no es algo que apruebe su madre, que no para de contar todas las atrocidades que ocurren afuera. Por desgracia para Amanda, cuando Chris descubre toda la verdad, no le queda forma posible de hacerla cambiar de opinión.
El reencuentro con su pasado
La nueva y pacífica vida de Amanda se desmorona en el momento en que su hermano ingresa a su casa. Él, quien la buscó por tanto tiempo, llega con la noticia de que Umma ha muerto, y que Amanda, como su hija, debe realizar una ceremonia funeraria.
En parte, esto se debe a las tradiciones y creencias de Corea, en las que llega a ser algo común. No obstante, él hace hincapié en que la muerte de su querida madre se debe a ella, Amanda, por qué la abandonó.
Él la acusa de ser una terrible hija, de no pensar en lo mal que lo pasaba su madre, informando el dolor de Amanda. Ella, queriendo olvidar todo, teme el simple hecho de tocar la urna, las pertenencias de su madre, y las herramientas de la ceremonia.
No duda en dejarlo en una esquina del sótano, alejado de todo, para no tener que volver a ver tal cosa.
Si hay algo en lo que resalta está película, es en la pésima ejecución del terror. Es un estilo tan gastado y simple, que muchas veces tiende a dar más risa, o indiferencia, que miedo.
Durante la misma vemos a Umma aparecer incontables veces, mover objetos, poseer personas, e incluso usar sus prendas de ropa como arma. Lamentablemente, todo esto queda en un punto bastante mediocre, con nada que no podamos esperar.
De hecho, en muchas ocasiones se siente como si la película hubiera podido ser mucho mejor si se hubieran saltado la parte de «terror». De centrarse en los fuertes mensajes y críticas que contiene, pudo haber sido una muy buena película.
«Saber perdonar»
En cuestiones de mensaje, el único que falla es el final, el de perdonar. Claramente, el perdonar y aceptar nuestro pasado es algo muy importante y cierto. El problema es el modo en que Amanda lo hace ver.
Después de tantos sustos, traumas, peleas y más, Amanda, al tener a su madre frente a ella, la persona sin más, a cambio de que la deje en paz. Esta disculpa se siente vacía, como si Amanda la hiciera por obligación.
No hay ningún tipo de química, entendimiento o aceptación en esa escena, simple y llanamente, se limita a hacer lo que debe. Por estos dos últimos puntos, «Umma» queda como el tipo de película que muy pocos recomendarían, con muchas y mejores opciones.