Reseña de un Jefe en pañales 2
Luego del éxito de Jefe en pañales, DreamWorks decidió sacar una secuela 4 años después, donde nos cuenta la historia de los protagonistas anteriores, siendo ahora adultos.
La historia se centra en un nuevo problema, que involucra a los hijos de Tim, cuya hija mayor comienza a alejarse de él, haciéndolo sentir mal por ello. Su hija menor, Tabitha, siendo una bebé todavía, es parte del programa BabyCorp, y al verse superada por el villano actual, busca ayuda en su padre y su tío, quien es recordado como el mejor agente de todos los tiempos.
Juntos, se embarcan en una nueva aventura, donde Tim buscará recuperar la atención y cariño de su hija mayor, mientras Boss Baby hace lo posible para detener al villano.
Aquí tenemos una película por y para la familia, cuyo argumento se centra en las relaciones familiares, tanto de padres e hijos, como de los lazos de hermanos. Nos muestra a unos protagonistas que ya crecieron e hicieron su vida, con un fuerte amor y responsabilidad hacia los que aman, a pesar de que por motivos ajenos, ellos mismos se distanciaron sin poder evitarlo.
El lazo entre hermanos
En la primera película pudimos ver cómo se conocían Ted y Tim, teniendo incesantes peleas y discusiones, al ser hermanos jóvenes que apenas se estaban conociendo. Poco a poco, su lazo se fue fortaleciendo, llegando a ser una verdadera familia, contando con su mutuo apoyo y confianza.
Siendo una película infantil-familiar, se esperaría que esta conexión nunca se perdiera, teniendo un típico final feliz, sin ningún tipo de problema que pudiera separarlos nuevamente, sin embargo, la franquicia se decidió por algo más realista. La separación.
Esto es algo que ocurre en cualquier familia, por muy bien que se lleve. A veces, los lazos familiares se debilitan o rompen sin necesidad de peleas o conflictos, simplemente lo hacen con el tiempo, por distintas razones.
En un jefe en pañales 2 vemos a dos hermanos que casi no tienen contacto el uno con el otro. Cada quien en su propia vida, lleno de responsabilidades que apenas les dan tiempo de mantenerse, tal y como suele pasar normalmente a la mayoría de familias.
Uno de los hermanos tiene ahora una familia a la cual proteger y amar, un trabajo con el cual mantenerla, y muchas preocupaciones con las que distraerse. El otro posee una empresa millonaria, de la que debe estar pendiente, manejando los negocios adecuadamente, con cientos de citas, conferencias, reuniones… Tanto es el tiempo consumido por esto, que el segundo hermano no llega a formar su propia familia.
Al verlos juntos por primera vez en la segunda película, nos damos cuenta de que su falta de contacto no tiene nada que ver con algún tipo de conflicto, es solo esta falta de tiempo lo que los distancia. Ted nada más llegar, demuestra su preocupación por sus sobrinas, puesto que fue contactado con el mensaje de que le había ocurrido algo.
Por su parte, Tim se muestra incómodo de ver a su hermano, y confundido por la razón de su visita, pero aun así, al poco tiempo los vemos interactuar normalmente.
El lazo padre e hija
Tabitha, la hija mayor, es una niña sobresaliente, con un gran intelecto, segura y decidida, que quiere enfocarse cada vez más en sus estudios, siguiendo una meta clara, de querer ser la mejor, y parecerse a su tío, millonario con muchas empresas. Esto, que debería ser visto como algo bueno por cualquier padre, afecta a TIm.
Él no quiere que su hija se pase todo el día aplicándose a sus estudios, queriendo ser como su tío, distante. Tim quiere que ella sea como una niña pequeña, que juegue con él y lo vea como su héroe. Quiere que ella se quede por siempre a su lado, sin crecer nunca.
Es aquí cuando vemos una parte de la personalidad real del personaje. Su deseo de no querer crecer, de tener toda la atención, de ser como un niño normal, su incapacidad de entender a personas como su hermano, tan inteligentes y maduras a edad temprana.
Todas estas son cosas que se creían superadas en la primera película, pero que vemos que en realidad solo reprimió, reflejando ahora esos pensamientos en sus hijas.
Viéndolo desde fuera, a través de la pantalla, queda más que claro que se trata de un deseo egoísta, e ilógico. El querer frenar el avance de su hija, sin apoyar del todo sus sueños, solo para que esta se mantenga a su lado, como si se tratara de una muñeca que le regalaron para jugar.
Por supuesto, esto se da a entender, más que decirlo abiertamente, ya que recordemos, se trata de una película familiar, pensada sobre todo para el público infantil.
Aun así, hay escenas en las que esto se marca bastante, como por ejemplo, cuando toman la posición para ser jóvenes de nuevo, y Tim se entromete en la misión, a pesar de que podría resultar más un estorbo que una ayuda (como vemos más adelante).
Otra ocasión es cuando, en el salón de clases, pasa más tiempo pensando en caerle bien a su hija, que en encontrar información del villano, cosa que podría interpretarse como parte de ser un buen padre, pero que lo hace perder la perspectiva real, olvidando su misión.
Y lo más resaltante, es cuando sabotea los planes de su hermano de acabar con el villano, para ayudar a su hija, con el pensamiento de que quiere ser él quien la ayude, quiere ser su héroe, a pesar de que eso, en esas circunstancias, significaba dejar salirse con la suya al malo.
Al final tuvo que dejar a un lado su egoísmo para poder enfrentar al antagonista con ayuda de su hermano y sus hijas. Logrando conseguir un “final feliz”, con Ted de vuelta, y aceptando a sus hijas.
Solo queda ver si Tim decide sacar una tercera parte, donde nos revele si el personaje realmente maduró al fin, o sigue teniendo el mismo tipo de pensamientos.