Un viernes de locos
Las películas de Disney con Lindsey Lohan de protagonista sin duda alguna marcaron la infancia y adolescencia de muchos, desde Juego de gemelas, hasta Un viernes de locos. Y es que sin duda alguna este tipo de películas juveniles y divertidas eran justo lo que el público quería en su momento, pero, ¿Sigue siendo tan bueno como en aquel entonces?
Una de las cosas a las que se enfrentan los filmes «viejos» es justamente al paso del tiempo, hay cintas que terminan siendo repudiadas años después, a pesar de haber sido un rotundo éxito en su época, y viceversa. En este caso, Un viernes de locos es del tipo que pasa sin pena ni gloria, manteniéndose como una historia divertida e interesante.
No por nada siguen saliendo más versiones y adaptaciones de esta obra, que se basa, a su vez, en un libro del mismo nombre. Aunque claro, como es usual, su último remake pasó por alto, al punto en que muy pocos recuerdan que tan siquiera salió al aire.
Esto nos recuerda que, por más increíble que sea la obra original, el éxito de la adaptación dependerá por completo de sí misma, bajo la atenta mirada de los fans, que no perdonan nada. Con Un viernes de locos esto es particularmente cierto, ya que cada una de sus versiones ha tenido un recibimiento distinto por parte del público.
«Ponte en mis zapatos»
El centro de la trama es esa conocida frase de «ponte en mis zapatos», también como «ponte en mi lugar», es una oración que busca señalar a aquellos que no son empáticos y solo se centran en sus propios problemas, cosa que sucede tanto con la madre, como la hija.
Comenzamos con escenas en las que nos muestran su realidad, el cómo es la vida de cada una, y las diferencias que existen tanto por su edad, como por su forma de pensar. Por un lado, tenemos a una adolescente con algunos toques rebeldes, y por el otro, una psicóloga un tanto conservadora.
La relación entre ambas se nota descuidada, como mínimo, con constantes peleas acerca de lo que es mejor para la hija, y los pensamientos constantes de la madre sobre su hija perdiendo el tiempo y tomando mal camino. Con tanta falta de entendimiento en su comunicación, no es de sorprenderse que tengan más de una discusión en público, cosa que las lleva a este problema místico.
El cambio de roles
Lo que más llama la atención de esta película es lo bien que manejaron el tema del cambio de roles, sin mayores exageraciones, centrándose en cómo realmente se comportaría una adolescente en el lugar de la adulta, y la madre en lugar de su hija. Tenemos muchas escenas en las que ambas desprecian la forma en que trabaja normalmente la otra, haciendo lo posible por cambiar estos «errores», sin el permiso de su contraparte.
A pesar de todo, ambas marcan ciertos límites de lo que pueden o no hacer en esta situación, pero claro, las circunstancias hacen que rompan más de una. Quien parece tenerlo más complicado es la hija en el cuerpo de la madre, por las cuestiones profesionales, y su comportamiento juvenil que la lleva a poner en situaciones extrañas a su madre.
Después de todo, se puede pasar por algo el hecho de que le dé consejos a uno que otro paciente, así como un pequeño cambio de look para molestar a su madre, pero el seguir saliendo con el chico que le gusta, y actuar directamente como una adolescente enamorada, no es lo más adecuado. Por su parte, la madre no se queda atrás, en lo más mínimo.
Hablando mal a las amigas de su hija, subestimando todo lo que le apasiona, y teniendo comportamientos que parecen de una niña pequeña, como cuando arruina el examen de otra persona. Todo lo que hace y dice viene desde su forma tan despectiva en la que siempre vio a su hija, por lo que al darse cuenta de que ella está arruinando la vida de su hija, se queda sin palabras.
Los puntos medios
Poco a poco ambas se dan cuenta de que hay cosas en su vida que tienen que cambiar, así como cosas que deben ser una prioridad, para poder avanzar y ser mejores en cada aspecto de su vida. Aun cuando esto les cuesta mucho, ya que rompe todo lo que creían saber, ambas se abren a los cambios, reforzando su vínculo.
En el caso de la hija, se da cuenta de todo el esfuerzo que hace su madre por ella y su hermano, es consciente del aprecio que le tiene su hermano, quien pensaba que la odiaba, y, nota cómo el prometido de su madre realmente la entiende, y la apoya. Mientras que la madre se sorprende por todo lo que realmente hace y ama su hija, entendiéndola al fin.
Entre todo esto, está el saber de qué forma su vida y su pasado afectan a su hija en el instituto, que las amigas que tanto criticaba son quienes más se preocupan por ella. Además, que aunque para ella no lo parezca, su hija, en varias circunstancias, es más madura que ella misma.
Un viernes de locos es una película muy entretenida, con un fuerte y claro mensaje, sin olvidar que fue la obra que inspiró a otros filmes con temáticas de cambio de cuerpo. Siendo bastante novedosa en su tiempo, (de la novela), Un viernes de locos es ese tipo de historias difíciles de olvidar.