Inventando a Anna, vivir con lujos a costa de otros

Inventando a Anna

Inventando a Anna, vivir con lujos a costa de otros

La nueva mini serie de Netflix, Inventando a Anna, ha llamado mucho la atención del público por basarse en el caso real de Anna «Delvey». Una chica que, con muy pocos recursos y casi nada de dinero, consiguió estafar a las personas más influyentes de New York.

Toda su historia la seguimos desde la perspectiva de Vivian, una reportera con problemas de credibilidad en los medios, que queda completamente fascinada con el caso, a punto de ir a juicio, de Anna. Ella intentará por todos los medios contactarse con todos los implicados para tratar de entender cómo logró todo lo que se le acusa.

En gran parte su investigación empieza solo por querer algo «fresco» e interesante que cubrir, en vez de las noticias repetidas y simples que le asignan desde su caída como reportera. Sin embargo, a medida que se adentra más en esta historia se va obsesionando un poco con la misma, razón por la que termina dejando todo de lado para conseguir su objetivo.

 

Anna «Delvey»

Con un apellido falso, y ningún apoyo económico, ni trabajo, Anna va escalando gracias a las personas con las que se rodea. Todo comienza con algunas fiestas, reuniones de pequeños emprendedores, hasta llegar a las personas más influyentes y ricas de toda la ciudad.

Anna se vale únicamente de su encanto, su belleza, y su gran capacidad de manipulación. Ella sabe exactamente cómo vestirse, comportarse y hablar para pasar como una persona millonaria.

Durante todo este tiempo ella vive con una historia falsa, que podía llegar a cambiar si lo consideraba necesario, pero apegándose a esta lo más posible. En la historia que crea, ella es la hija de un empresario multimillonario muy importante de Alemania, el cual la apoya, pero suele molestarse seguido, cortándole los fondos de un momento a otro.

Lo último, por supuesto, solo lo mencionaba cuando se encontraba acorralada por las deudas y no le quedaba de otra de pedir a sus amigos que le «prestarán» dinero. Para Anna parecía ser extremadamente sencillo el engañar a todos, sobre todo a los empleados de grandes hoteles, restaurantes y bares, que con un poco de presión y palabras bonitas olvidaba pedir su tarjeta.

Cada vez que salía la más mínima oportunidad la tomaba sin dudarlo, usando las tarjetas de amigos confiados, firmando cosas en su nombre, y convenciéndolos de ser inversores en sus proyectos. Aunque pueda parecer irreal, al estar confiados y vivir en un constante despilfarro, la mayoría de personas con alto estatus caían en su trampa, invitándole a todo tipo de lugares, aceptando pagar su cuenta incluso en varios momentos.

Sin duda alguna lo que más ayudaba a Anna era su gran carisma, daba un aire de seguridad, confianza y elegancia muy creíble. Hasta el último momento demostró ser capaz, estando a punto de estafar a los más grandes bancos de New York solo con sus palabras.

Inventando a Anna, vivir con lujos a costa de otros

Vivían

Para poder crear su artículo, Vivían va inmediatamente a ver a Anna en la cárcel, dónde la tienen cautiva hasta su juicio, con la intención de entrevistarla. El problema es que Anna no solamente no tiene ganas de hablar, sino que parece creerse sus propias mentiras, queriendo dejar en claro que no es ninguna estafadora.

A medida que busca a las personas que se relacionaron con Anna, y que fueron estafadas, se da cuenta de que la historia que quiere cubrir es mucho más complicada de lo que parece, con una chica que parece ser distinta para cada persona con la que habla. El más resaltante por momentos es su exnovio, quien, convencido de que era rica, no tenía ningún reparo en gastar en lujosos hoteles y demás, pensando que ella podría devolver el dinero, o invertir más.

En su caso, no era ningún hombre de negocios hábil, sino un simple emprendedor que quería llevar a cabo una app, para la cual necesitaba inversores. Anna, con todas sus conexiones y discursos, consigue está inversión, pero todo se pierde a medida que despilfarran en el tipo de vida de Anna, dejando el proyecto de lado.

Son demasiadas las personas que parecen estar relacionadas, y ser víctimas. Algunas, utilizan esto para poner cargos sobre Anna, queriendo recuperar su dinero a toda costa, mientras que otros se preocupan más por cómo lucirán sus nombres en primera plana si aceptan haber sido engañados por una niña.

Por otra parte, quedan una o dos personas que realmente se beneficiaron de todo esto, alguna empleada de los hoteles donde se quedaba, y poco más, que directamente seguían el ejemplo de Anna, haciendo lo posible para vivir en lujo. Hay una polémica enorme con respecto a todo esto, todos están de acuerdo en que ella fingió y engañó, pero el tipo de «fraude» que hacía, no era más que pedir dinero a amigos, cosa que no está penada por la ley.

 

El banco

La más grande ambición de Anna, y lo que la lleva a seguir con la garza pese a todo, es su sueño de abrir un gran negocio, con una inversión inexistente, usando sus nuevas conexiones y más préstamos. Ella, quien antes solo fingía ser rica, aumenta el nivel comportándose tal y como se esperaría de alguien con experiencia en negocios.

Convence a todos de que su negocio es algo en lo que todos deben ayudarla, y financiarla. Consigue que un abogado hable por ella en el banco, y se asegura de que todos sus papeles falsos e historias sean adecuadas para lo que se necesita.

Aun cuando este crédito de millones tarda en llegar, finalmente le dan luz verde, con la condición de esperar a que los investigadores verifiquen que realmente su padre tiene una fortuna que la respalde. Por desgracia para Anna, apenas escucha esto se sabe derrotada, así que cambia su estrategia a una simple huida.